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COSMOS
sol, en los inferiores con el planeta Ve
nus. Parafraseando esta teogonia he
mos dicho en nuestro opúsculo LOS
CUATRO SOLES-,
El Gran Ometecutli en Omeyocan,
Morada de placer y de riquezas,
Con Omecihuatl, su inmortal consorte,
Formó los cielos de la obscura nada,
Para que moren los finitos seres
Que al mundo habrán de dar luz y la vida.
Teotlatlauhco, mansión del dios del fuego,
Cielo esplendente de rojiza lumbre,
Salió el primero de la mente increada
Para alumbrar el anchuroso espacio, (1)
El Teocozauhco, el amarillo fuego,
El cielo donde el sol su luz difunde
Con que ilumina espléndida la esfera,
Ardoroso surgió del alto empíreo: (2)
Véspero su mansión tiene en Teoiztac (3)
Do blanca luz difunde rutilante.
Estos tres cielos forman el Teteocan. (4)
En apoyo de su tesis sigue diciendo
Chavero:
“Tan cierto es esto, que les primeros
frailes no encontraron en la lengua me
xicana palabra que expresara la idea de
su Dios, y usaron en sus escritos de la
misma voz castellana Dios.”
Es de extrañarse que el historiador
Chavero emplee este argumento; ¿pues
qué le fué desconocido el pasaje que he
mos transcrito del P. Clavigero? No fué
porque no encontraran palabra propia,
sino «que la razón que tuvieron los pre-
«dicadores—dice el jesuíta—para ser-
(1) Tco-tlatlauh-co se compone de teoll, dios,
tlatlatihqui, rojo, co, en, donde: “En ó donde el
dios rojo;” pero, perifraseando el concepto, sig
nifica: “mansión del dios rojo, del dios de fuego.”
La creación del Teotlatlauhco equivale, en la
cosmogonía nahoa. á la creación de la Luz en el
Génesis de Moisés.
(2) Teocozauhco se compone Ae teotl, dios, co-
zauhqui, amarillo, co, en, donde, ‘ donde el dios
amarillo;’’ pero, por perífrasis, significa: “man
sión del dios amarillo.” La creación del Teo-
zauco es la creación de la nebulosa Ígnea de que
se formó el sol.
(3) Teo-iztac se compone de teotl, dios, iztac,
blanco; la c final hace veces de la posposición co,
en, donde: “donde el dios blanco,’’ y, por perí
frasis significa:“mansión del dios blanco.” Aquí el
dios es la estrella de la tarde. Como los nahoas,
en este caso, no le dan nombre especial, hemos
empleado en el verso la palabra poética Véspero.
(4) Teteo-can se compone de leteo, dios, plu
ral de teotl, dios, y de can, lugar: “morada de
los dioses.” Pero de los dioses creados, porque
del increado, la Omeyotl, es el Omeyocan, los
cielos superiores.
«virse de la voz de Dios, no fué otra que
«su excesivo escrúpulo, pues así como
«quemaron las pinturas históricas de los
«mexicanos, sospechando en ellas alguna
«superstición, así desecharon también el
«nombre teotl, porque había servido para
«significar los falsos númenes que aque-
«llos pueblos adoraban.»
Si los misioneros hubieran sido filólo
gos y hubieran penetrado hasta la eti
mología de Teotl, se habrían persuadido
de que era el nombre más propio para
significar al Ser Supremo, invisible é
inmaterial.
Aduce también Chavero, como argu
mento, el que Motolinia, al tratar de la
predicación del Evangelio á los indios,
refiere cómo ante todo, preciso fué dar
les á entender quién es Dios vivo, To
dopoderoso, sin principio ni fin, creador
de todas las cosas, lo cual revela que no
tenían antes esa concepción espiritual; y
dice también Chavero queMendieta afir
ma que los indios no alcanzaron á cono
cer á Dios.
Estas aseveraciones de Motolinia y de
Mendieta lo que prueban es que no lle
garon á comprender la teogonia de los
nahoas, ni mucho menos la etimología
de Teotl, Dios. Sin elevarse hasta la
Omeyotl, basta conocer los diversos nom
bres que le daban á Tezcatlipoca, para
convencerse de la altísima concepción
que tenían de un Ser superior á todo lo
creado. En las oraciones que le dirigían,
le decían:—«Tu eres invisible y no pal-
«pable, bien así como la noche y el aire, »
Lo consideraban eterno, alma del uni
verso, señor de la tierra, gobernador del
mundo, señor delas batallas y dp las ri
quezas. «Penetráis con una vista las pie
«dras—le decían en sus oraciones—vien-
«do lo que dentro está escondido, y por
«la misma razón véis y entendéis lo que
«está dentro de nuestros corazones, y
«véis nuestros pensamientos.» Si tales
conceptos tenían de un dios creado, co
mo fué Tezcatlipoca, ¿cuáles no atribui
rían al Creador del Universo, á la Ome
yotl?
Es verdad que también le decían...
«vuestro padre y madre, de todos los
«dioses, el dios antiguo, que es el dios
«del fuego que está en medio de las flo-
«res, y en medio del albergue cercado
«de cuatro paredes, y está cubierto con