Full text: Año 2.1913=No. 13 (1913001300)

LA ESCENA DEL BALCON 
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cualquier ninfa de tu rutilante coro ven 
ce su pálida hermosura.. .. 
Julieta.—¡Ay de mí! 
Romeo.—¡Habló! Vuelvo á oir su voz' 
¡Angel de amores que en medio de la no* 
che te me apareces cual nuncio de los cie 
los! .... 
Julieta.—¡Romeo! ¡Romeo]! ¿Por qué 
eres tú Romeo? ¿Por qué no reniegas del 
nombre de tu padre y de tu madre? Y si 
no tienes valor para tanto, ámame y no 
me tendré por Capuleta.. .. 
Romeo.-—Si de tu palabra me apodero, 
llámame tu amante y me creeré bautiza 
do de nuevo y que he perdido el nombre 
de Romeo. 
Julieta.—Y ¿quién te guió hasta aquí? 
Romeo.—El amor, que me dijo dónde 
estabas. 
Julieta Si no me cubriera el manto 
de la noche, subiría á mis mejillas el ru 
bor de virgen, recordando las palabras 
que me has oído. 
Romeo.—Júrote, amada mía, por los 
rayos de la luna que platean la copa de 
estos árboles.... 
Julieta.—No jures por la luna, que en 
su rápido movimiento cambia de aspecto 
cada semana. No imites su inconstancia. 
Romeo.—Pues ¿por quién juraré? 
Julieta.—No hagas ningún juramento. 
Si acaso, jura por tí mismo, por tu per - 
sona, que es el dios que adoro y en quien 
he de creer. 
Romeo.—¡Alma mía! 
Julieta.—Ya es de día. Vete. 
Tal es, á grandes trozos truncada, la 
famosa escena del balcón en el drama de 
Shakespeare, del que dice Schlegel que 
se encuentran en él los perfumes de la 
primavera, los trinos del ruiseñor y las 
eflorescencias de la rosa. 
Además de estas hermosas cualidades 
échase de ver en el drama shakesperiano 
la no común de la naturalidad, pues el 
poeta no dispuso la escena de una mane 
ra ficticia para emocionar el ánimo del 
espectador, sino que es resultado fatal de 
la situación, y nace, por consiguiente, de 
la misma naturaleza del drama, sin arti 
ficio alguno. 
En nuestros días ha tenido universal 
éxito el drama caballeresco de Edmundo 
Rostand, titulado: Cyrano de Bergerac, 
en cuyo acto tercero hay una escena en 
el balcón, de singular belleza, como pue 
de colegirse de las siguientes frases: 
Cyrano 
¿No os parece 
la ocasión deliciosa? No nos vemos: 
sólo en la obscuridad, adivinamos 
que sois vos, que soy yo, que nos amamos.. .. 
Vos, si algo veis, es sólo la negrura 
de mi capa; yo veo la blancura 
de vuestra leve túnica de estío. 
¡Dulce enigma que halaga al par que asombra! 
¡Somos, dulce bien mío, 
vos una claridad y yo una sombra! 
Roxana. 
Perded, mi fiel Cristian, todo cuidado 
y haced de bellas frases más derroche. 
Cyrano. 
De hablaros mi afan crece, 
mas no sé qué me pasa, que parece 
que por primera vez hablo esta noche. 
El drama de Rostand en esta escena 
tiene corte germánico y es más ingenio 
so, y sobre todo más poético, aunque no 
tan profundo, que la concepción shakes- 
periana. Romeo y Julieta se aman con 
amor intensísimo, que prevalece contra 
los tradicionales odios de los Capuletos y 
Mónteseos y triunfa de la muerte, el amor 
de Roxma es impersonal, algo capricho 
so, pues se despierta en su corazón por 
la elocuencia del galán, por el encanto 
de su voz, por la sonoridad de los versos 
que de sus labios salen en la escena del 
balcón. 
Y la prueba de que el amor de Roxa 
na es impersonal, ó mejor dicho, que só 
lo por una cualidad más ó menos estima 
ble del galán nace en su alma, es que 
estando enamorada de Cristián, se des 
enamora y convierte su amor á Cyrano de 
Bergerac en cuanto éste, tomando el 
nombre de aquél, la habla apasionada 
mente y con elocuentes acentos al pie del 
balcón, sumido en las tinieblas de la 
noche. 
Todos estos dramas románticos que tie 
nen el balcón por una de sus principales 
escenas, serán, á no dudar, vistos con mal 
ceño por los literatos embebidos en las 
producciones del naturalismo moderno, 
que no gusta de nada extraordinario ni 
heroico ni caballeresco, de nada que se 
eleve -obre el nivel de la vida vulgar; y 
desdeñando por inverosímiles las arro 
gantes temeridades de un Cyrano, las ca 
nallescas audacias de un Don Juan ó las 
sorprendentes aventuras del inteatral pe 
ro sublime Don Quijote, se embelesa en 
la contemplación de tipos y personajes
	        
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