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COSMOS
la idea de que quedaría en su lugar, y
que él se fugara. El doctor lo rehusó por
que tanto él como el centinela serían las
víctimas, al fin convinieron en que poco
antes de las 6 de la tarde que se removie
ra el centinela, el doctor saldría envuel
to en la capa de Copea, y éste después
de que se hubiera cambiado dicha guar
dia. El doctor salió con mucha calma sin
que el centinela notara nada, se hizo el
dicho cambio y a poco salió Copea, se
juntaron en el atrio de Catedral porque el
doctor según lo pactado, que si á la seis
y cuarto no estaba en el portal de Borja
se volvería á su prisión; con paso lento lo
atravesaron, siguieron por la calle de
Mercaderes, donde oyeron un tiro de
alarma, sin duda por haberse ya notado
la fuga del doctor, continuaron su camino
hasta el curato de San José, donde am
bos estuvieron escondidos
tres meses. El doctor fué
cura de León, de Octubre
19 de 1822 á Julio 2 de
1825, y de Irapuato de
Marzo 1? de 1831 á Junio
4 de 1835.
El Sr. Cosmes con mejor
pluma escribió esto mismo,
tanto él como yo lo supi
mos de los labios de la res
petable señorita Manuela
Calderón que lo oyó al
mismo protagonista.
El señor Villaseñor seña
la la fuga en Octubre 29 de
1818, añade que se ocultó
en las bóvedas de la Compañía dos años,
protegido por el Dr. Herrera y por don
José Antonio Cardoso {Héroes de la In
dependencia 11, pág. 357.)
Consumada la Independencia, Copea
se hizo ciudadano mexicano y ocupó una
curul en el primer congreso constituyen
te de 1824, vino á la capital, en ella se
radicó, y por su honradez é inteligencia
fué muy acepto á la sociedad, era comi
sionista, como hoy dicen, de finas y ca
ballerosas maneras muy afecto á pulsar
el piano y protegió entre otros, á nuestro
célebre Paniagua; fué apoderado de la
casa, del Conde de la Cortina y publicó
la biografía de la última condesa, de los
Gutiérrez Estrada y de otros. Pertene
ció á la Compañía Lancasteriana y á la
Asociación del Santísimo déla Catedral,
Bernardo Gaviño.
en 1842 era vocal de la junta mercantil.
Contrajo matrimonio por primera vez
con Ana Cobián Mendoza, que murió en
Cincinati E. U. en 1829; tuvieron una
hija Carmen que murió de 5 años; y 2^,
con la viuda de mi tío Vicente, Doña Ig-
nacia García en 31 de Marzo de 1847.
lanto para ella como para mi primo Ra
món fué un excelente esposo y padre po
lítico y los tres estuvieron en España.
Murió en Tacubaya en Marzo 31 de 1857
á los 59 años de edad, fué sepultado en el
panteón de las hermanas de la Caridad.
31. Gaviño, originario de Puerto
Real, Obispado de Cádiz, sus padres
José y Nieves de Rueda; pasó, según
me han dicho, á la Habana, como do
méstico del señor Obispo don Juan José
Díaz de Espada, allí mostró su inclina
ción á la tauromaquia y se vino á Mé
xico.
Casó con Guadalupe Sal
gado, en el oratorio de la
casa núm. 19 de la calle
de Cadena, en Enero 27 de
1840 (Archivo del Sagra
rio) de la que obtuvo un
hijo, Antonio, ambos mu-
íyXv% rieron antes que él.
Comenzó su carrera en
IV pkS^K la Plaza de San Pablo, su
IrBfHB fama lleg< ^ hasta la villa
de Allende, del Valle de
San Bartolo, (Chihuahua);
que con ocasión de una
feria fué contratado en 1844
para lidiar unos toros. An
tes de llegar á ella, fué asaltado por
unos indios bárbaros, hubo un combate
de siete horas, éstos huyeron, gracias al
auxilio que les vino de la hacienda de
la Zarca; Gaviño quedó herido, sus
compañeros muertos excepto dos que se
salvaron. Recorrió toda la República,
fué á la Habana y hasta Lima, según he
sabido, alcanzando gran popularidad,
hasta que en Texcoco le acometió un
toro, encajándole el asta, á los doce
días murió, en Febrero once de 1886,
fué sepultado en Dolores. Al año si
guiente se improvisó con su nombre
una plaza de toros para jóvenes, al
Sur de la Capital en la Jamaica, duró
poco; en Tlalnepantla hubo una corrida
de toros para hacerle un mausoleo, pues
murió pobre porque prestó dinero, que
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