Full text: Año 2.1913=No. 15 (1913001500)

¿EXISTE EL MONOSILABISMO EN LAS LENGUAS DE MEXICO? 
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cr ee que esta lengua debería escribirse 
c on el alfabeto chino. «El otomí, dice, 
necesita de un género de escritura en el 
que hubiera signos con que fijar el signi 
ficado de las palabras que con las mis" 
Was letras y tono, pueden tenerlo diver 
so. Esto se podría conseguir, agrega, 
acaso con la escritura china.» ¡Cuánta 
aberración por los deseos de hacer que 
nuestras lenguas indias procedan del an 
tiguo mundo! 
Náxera funda su teoría, aunque no lo 
demuestra, en que los nombres de la 
lengua otomí de dos ó tres sílabas, cada 
Una de ellas conserva el significado que 
tiene separada, esto es, que los nombres 
s e forman, como dice Hovelacque, bajo 
la fórmula raíz + raiz+ raíz. Á esteefec- 
to, en la nota B. de su disertación, pone 
algunos ejemplos de palabras, en las 
cuales su formación es con elementos de 
significación independiente, tales como: 
da-me, marido; dan-su, mujer; da-he, río; 
da-tsu, niña, formadas con la raíz mono 
silábica da que significa maduro, mucho 
florido, etc. 
Hablando del verbo cree haber reves 
tido en tiempos anteriores una forma 
simple. «Tiempo hubo, dice, en que los 
otomites no conjugaban sus verbos á la 
lanera que ahora lo hacen.» «Aun con 
serva la lengua, continúa, vestigios que 
avisan cuál fue su primitiva forma en 
tiempos lejanos.» Considera que deesas 
a ntiguas formas hay aún indicios en uso, 
considerados por los gramáticos como un 
°rnato. Refiérese Náxera á las partícu 
las ma de pasado, ni de presente y na de 
futuro, que agregadas al nombre expre 
san, lo mismo que en el verbo, la idea 
fle tiempo; y cree que la forma que re- 
yiste hoy la conjugación del otomí, fue 
'nfluenciada por la mexicana y la huax- 
t e ca, á la vez influenciadas por el espa 
ñol y el latín. «La semejanza, dice, que 
hallamos en las conjugaciones de las 
tres lenguas, es tal, que basta para co 
n °cer que el otomí ha imitado á las 
°tras, ó á aguna otra que haya sido el 
Modelo de todas, puesto que ese otomí 
es demasiado rica y lujosa en adornos 
gramaticales» y concluye estableciendo: 
*Que los otomites adoptaron el sistema 
fle conjugación de otras lenguas de natu- 
r aleza distinta de la suya.» Según él, 
«en un principio esta lengua no poseía 
las formas que recibió de fuera.» 
Náxera, pues, pretende en todo el 
cuerpo de su disertación, demostrar la 
sencillez de la lengua otomí, y que todas 
las sílabas de sus palabras son signos de 
una ¡dea; son palabras que tienen signi 
ficado que no pierden en la composición. 
Cierto es que admite, á la manera de los 
gramáticos chinos, partículas ó raíces á 
que da el nombre de vacías, para dedu 
cir que dicha lengua pertenece al sistema 
monosilábico. En mi estudio Familia 
Mixteco-Zapoteca y sus relaciones con el 
otomí, he procurado demostrar los dos 
errores fundamentales de Náxera, esto es, 
del monosilabismo de esta lengua yde no 
pertenecer á ninguna de las familias del 
territorio mexicano. 
Sin embargo, la dificultad del estudio 
de las lenguas indias y la sencillez del 
sistema gramatical de las que forman la 
familia mixteco-zapoteca, induce á su 
poner una forma primitiva, como la pri 
mera etapa en la formación de las len 
guas del territorio mexicano. 
El dialecto chinanteco hablado en los 
pueblos que habitan las fragosas monta 
ñas de la Sierra Madre en el Estado de 
Oaxaca, presenta la nuda sencillez del 
lenguaje de un pueblo primitivo. Su es 
tudio por demás difícil, nos lleva á la 
conclusión de que este dialecto presenta 
mayores marcas de monosilabismo que el 
otomí. En efecto, las palabras principa 
les del idioma, cualquiera que sea la ca 
tegoría gramatical que expresen, son 
simples monosílabos en los cuales, como 
es natural, existe la homonimia y los to 
nos ó acentos de la voz para expresar di 
ferentes significados con una misma pa 
labra. Así hemos dicho en otro lugar 
la palabra cha tiene más de once signifi 
cados; ha, siete; hii, ocho; hon, cinco; 
kua, nueve; mui, cuatro; ni, cinco; no, 
siete; ñi, diez; phui, cuatro; ta, trece; ya, 
nueve; etc. 
El nombre en el idioma chinanteco ca 
rece de índice formativo, y la expresión 
del género y número se hace por pala 
bras que en sí expresan el sexo y conno 
tan la idea del número. La palabra teih 
indica el perro en general, pero si se 
quiere expresar el sexo, se pospondrá la 
palabra ñiub que significa macho, y mui 
que significa hembra.
	        
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