54°
COSMOS
la Marquesa; atravesaron el río en ca
noas enfloradas, y con música, repiques,
y entre una lluvia de flores, llegaron á
la Antigua, la cual describe el poeta co
mo
"Tierra fértil de todo abastecida
cuanto al deleyte tributó la vida....
Pero allí los mortales
viven sujetos á pensiones tales,
que si bien se averigua
con Garrapata y Nigua,
al que allí se quisiere avecindar
no faltará en su vida qué rascar.
Prosiguiendo su viaje hacia la Rincona
da, llegaron á la Venta del plan á las tres
de la tarde, y con la aurora del 16 de
Octubre á Jalapa, en donde fueron hos
pedados por el Alcalde Mayor, y no obs
tante la continua lluvia, propia de aque
llos climas, que molestó mucho á los
viajeros, pasaron cuatro días en no inte
rrumpidos festejos. El 20 comieron en
Las Vigas, en donde los esperaba el Ca
ballerizo del Conde de Revillagigedo,
Virrey que iba á entregar el mando,
quien de parte de éste, les presentó «una
linda estufa con todo su servicio»; y ha
llaron, además, una carroza puesta á sus
órdenes por el poblano don Pantaleón
Pastor, tres por el Marqués de las To
rres de Rada, y una por la Real Audien
cia; de manera que pudieron proseguir
su viaje con más comodidad y dormir
esa noche en Perote. A la mañana si
guíente esperábanlos en Tepeyahualco
dos secretarios de Gobierno y los dipu
tados de la Puebla; en la tarde llegaron
á Virreyes, en donde presenciaron una
danza de indios que llamó mucho su
atención, y el 22 comieron en Cuapiaxtla
V durmieron en Huamantla. Al día si
guiente arribaron á Tlaxcala.
Gozaba esta histórica ciudad, como
las de Veracruz y Puebla, el privilegio
de recibir á los Virreyes de Nueva Espa
ña con toda pompa, y en esta ocasión
erigióse en la plaza un arco triunfal muy
lucido, cantóse el Te Deum en la parro
quia, y durante los tres días que allí se
detuvieron los Virreyes, hubo fiestas de
cañas, corridas de toros y fuegos de ar
tificio.
Antes de llegar á la Puebla de los An
geles el día 27, visitaron el Santuario de
Ocotlán en donde el P. Ronda dijo misa.
En la ciudad angelopoljtana la recep
ción del Virrey fue más solemne, asis
tiendo el Obispo Abreu, el Cabildo y la
Nobleza, y observándose todo el ceremo
nial de rigor en tales casos, con fiestas
más espléndijás quizás que las anterio
res.
El autor del Diario aprovecha este
punto en su narración para describir la
Catedral, declarándola mayor que el Co
loso de Rodas, que el Templo de Efeso V
que las Pirámides de Egipto!
Permanecieron los Marqueses de las
Amarillas en Puebla hasta el 4 de No
viembre, que llegaron á Cholula; el 5 á
Huejotzingo; el 6 á San Felipe, y el 7 al
medio día á San Martin y en la noche á
Apam. Al día siguiente fueron recibidos
en Otumba por los Condes de Revillagi
gedo, y celebróse con toda ceremonia la
entrega del Bastón de Mando, después
de lo cual sirvióse un espléndido ban
quete y, terminado éste, retiráronse los
Revillagigedo á la cercana hacienda de
Tepetates, en donde permanecieron por
algún tiempo antes de embarcarse para
España. Llegaron los nuevos Virreyes á
San Cristóbal Ecatepec el día 9, y fueron
hospedados por el Tribunal del Consula
do, y cumplimentados por el Arzobispo
de México, Rubio y Salinas, el Cabildo
de la Colegiata de Guadalupe, el Ayun
tamiento de México, y
« corteses
muchos hidalgos, condes y marqueses,»
El 10 en la mañana arribaron á la Vi
lla y en la tarde á México, reservándose
para fecha posterior la entrada pública
del Virrey á la Capital de la Colonia.
El poeta hace una larga cuanto hiper'
bélica descripción de la Imagen, el Te-
peyác, la Colegiata y el «Pocito», sin
omitii el «Guadalupe undoso y ancho
rio» y declara á la calzada que une á la
Villa con México, superior á la Vía Appia
en Roma! Después de alabar el clima de
la capital, y de describir á su manera
«la laguna de Chalco procelosa», los
«náufragos jardines de Xochimilco», las
«quatro Fortalezas celestiales» que «tie
ne en sus quatro puntos cardinales», y
otras cosas por el estilo, termina su na
rración describiendo la toma de posesión
y entrada pública del Marqués de las
Amarillas y haciendo votos por la buena
salud y acierto del gobernante.