LA CIUDAD DE LOS PALACIOS
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ta forma de piezas de artillería, pagando
P°r esto una pensión á las cajas reales.»
También en forma de cañones, aun
que sin ruedas, tiene sus canales la casa
e n la legendaria calle de Don Juan Ma-
n uel q U e perteneció al Conde de la To-
neralmente en las esquinas de las anti
guas casas señoriales, son un recuerdo
de los baluartes que en sus moradas eri
gieron los conquistadores y primeros po
bladores de México, paia que sirvieran
de defensa en aquellos azarosos tiem*
SI
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IIP.,
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Hotel Iturbide.
rr e de Cossío; y realza su belleza un mi-
ador revestido de azulejos. Contigua á
casa hállase la que en un tiempo
e ?. e de los Condes de la Cortina, y en
a nacieron los eximios literatos Conde
6 p Se ^ tu '° y Marqués de Morante,
n-stos miradores que se ostentan ge*
pos. Quizá los más hermosos ejemplares
que hoy quedan son los que se hallan en
las esquinas de las calles del Indio Tris
te y de la Moneda. Lucían, casi siem
pre, nichos con santos, muy adornados,
como se ve en éstas que fueron del Ma
yorazgo de Guerrero, en una de las cua-