982
COSMOS
A,
¡
íl@3»SjSÍ
'"■■■' ■
:
■*=;
SmISé
sss®
SsfcaBR
S8®áíí¥J
El yate “Nahma”, propiedad de Vicente Astor.
hilidad, y no es posi
ble encontrar uno que,
reuniendo las condi
ciones requeridas, se
preste a ocupar el
puesto durante tres
meses, exponiéndose
a quedar sin coloca-
cióñ el resto del año.
Además, marinos de
esa clase están segu
ros de encontrar colo
cación permanente en
cualquiera delasgran-
des compañías de na"
vegación, y, por otro
lado, ofrecería gran
de? dificultades al
dueño del vate hallar,
el
«ganga» lo que otro ha desechado. Y
se gastan anualmente otra fortuna en el
entretenimiento del yate, el que sólo uti
lizan durante los tres meses oficiales de
verano, y eso por unos cuantos días, pues
debe saberse que en la primera semana
de Septiembre es de rigor, en virtud de
lev no escrita pero bien observada, que
todos los yates pasen a los diques secos
para ser reparados, y después a su fon
deadero, de invernada, hasta que el ca
lendario declare que ha comenzado ya la
estación oficial de los viajes de recreo.
Pensará el lector que durante la inver
nada los yates dejarán de ser onerosos
para los propietarios, y que lo más que
se necesitará es mantener uno o dos guar
dianes que los cuiden e impidan que los
saqueen. Error. Nin
gún «yachtsman» dig
no de ese nombre ha
ce su presupuesto de
gastos considerando
los tres meses de ser
vicio activo, sino cal
culando el gasto del
año entero. Y no pue
de ser de otro modo.
Una embarcación de
esa naturaleza, por su
valor intrínseco, por
que da albergue a gen
te que mucho vale,
necesita ser mandada
por un marino exper
to, de reconocida ha-
a la hora precisa
capitán que necesita, para confiarle
su embarcación, su propia existencia)'
la de su familia y amigos. Así es que
no hay más remedio que contratar p°>
todo el año. Y otro tanto pasa con los
encarnados del departamento de ma
quinaria y quizás con todo el servicio,
exceptuando lo que podríamos llamaí
manos inferiores, como son los fogoneros
y marinero-:, que pueden encontrarse a
cualquiera hora por el precio regular.
Para más pormenores voy a publicai
el presupuesto de invierno de uno de lo 5
ciento cincuenta vates de vapor, conside'
rados como de primer orden, advirtiendo
que me he fijado en un término medio, )
que asciende a algo más de quince mu
dólares.
Mt
El yate de alta mar “Corsair", de J. P. Morgan.