VITALIDAD DE LAS SEMILLAS
QjsSSgjaKjájri^ l tiempo durante el cual
las semillas de hortalizas
- conservan su vitalidad es
jy|3jjl|p»ray variable, dependiendo en
primer lugar de su com-
posición química; segun
do, de las condiciones climatológicas ba
jo las cuales se cosecharon; tercero, de la
mayor o menor humedad del aire en que
fueron almacenadas y cuarto, de la pro
pia ventilación de los sacos o paquetes.
En climas cálidos donde el aire es muy
húmedo, a veces, semillas perfectamente
frescas pierden su vitalidad al fin del
primer año, mientras que en secciones
secas y en latitudes altas, pueden, con
pocas excepciones, usarse con toda segu
ridad en la segunda estación. La causa
primaria, sin embargo, de la diferencia
en período de duración de las fuerzas de
desarrollo de la semilla, depende princi
palmente de la diferencia en su composi
ción química.
Prueba de Semillas
Cuando se desea determinar la vitali
dad de una semilla, debe hacerse siem
pre la prueba contando lotes de un cien
to de semillas, tales como son, buenas,
malas, e indiferentes: todavía es mejor,
tomar varios lotes de un ciento de semi
llas de cada variedad, para que un lote
pueda servir para probar el otro. En to
dos estos casos, el experimentador debe
tener una muestra de otro lote de la mis
ma variedad de semilla que haya adqui
rido por un conducto distinto, del cual
ya conoce la verdadera vitalidad: éste
servirá como un medio o standard para
juzgar la exactitud de la prueba. La
prueba de vitalidad se puede hacer de
varias maneras, siendo la más segura la
de la tierra; una tierra areno-arcillosa en
macetas anchas o en bandejas, bien co
locadas respecto al calor y humedad, o,
todavía mejor, la semilla sembrada en la
tierra en un invernáculo.
Otro método de probar semillas es ha
ciéndolas germinar en telas de franela
suspendida sobre bateas con agua, con
la que la franela se humedece por atrac
ción capilar. Por este procedimiento, se
puede hacer también una prueba, excep
to para la berenjena, pimienta y otras
semillas que requieran calor, pero la
prueba con franela es engañosa, pues
muchas semillas germinarán, aunque no
podrán hacer mayor desarrollo por fal
ta de fuerza vital. Tales semillas con
la prueba de franela se consideran como
buenas, mientras que en la prueba de la
tierra no ocurrirá así, pues nunca apare
cerían sobre la superficie, siendo dema
siado débiles para forzar su camino a
través del suelo.
Una prueba parecida a la de la franela
se puede hacer colocando las semillas
entre dos pedazos de algodón, cada uno
de una pulgada de grueso por tres o cua
tro pulgadas de ancho, los que se conser
van constantemente húmedos y cerca de
una estufa o al sol, para que el agua no
se ponga fría. Las semillas en las que
predomina el aceite, como las de coles,
coliflores y nabos, deben tener, cuando