Woodrow Wilson, dictador '
Por el Dr. LUIS LARA PARDO
9B m I ara quienes todavía piensan que
el Gobierno de los Estados
Unidos representa la más avan-
zada y perfecta forma de go
bierno democrático, el solo título de es
tas líneas resulta una heiejía. ¿Cómo es
posible, se dirán, que en el país de la li
bertad, la cuna del gobierno republica
no en su moderna forma y después de
un siglo de funcionamiento de esta orga
nización política avanzada, pueda flore
cer aquí una dictadura? ¿No se nos ha
dicho que éstas son frutos de otros cli
mas, de otros suelos, de las embriona
rias y deformes democracias latinas de
América?
Y sin embargo, Woodrow Wilson es
un dictador. No lo es a la manera de los
nuestros, que pasan sobre las formas lo
mismo que sobre los principios, grandes
o pequeños, fundamentales o secunda'
rios; que reprimen a fuerza de sable la
opinión pública, disuelven a cañonazos
congresos, legislaturas, ayuntamientos;
derrocan ruidosamente autoridades; apri
sionan y fusilan caudillos.
Woodrow Wilson es dictador a la ma
nera yankee.
La fórmula americana ha sido siem
pre el gobierno por un partido, la cual
no es ciertamente la más avanzada, que
se realiza únicamente cuando todos los
intereses, grandes o pequeños, tienen
representación, voz, participio en el fun
cionamiento gubernamental. La demo
cracia americana se ha detenido—en
cuanto se refiere al organismo nacional—
en la etapa del gobierno por un grupo
que se supone representante de los inte
reses de la mayoría, y que hace abstrac
ción completa de la minoría restante.
Pero aun dentro de esta fórmula mis
ma, el gobierno de Wilson ofrece una
anomalía curiosa. En las elecciones que
lo llevaron al poder la votación fué co
mo sigue:
Wilson, demócrata 6.293.120
Taft, republicano 3.485.082
Roosevelt, progresista
(facción de los republi
canos) 4.119.582
Debs, socialista 901.839
Otros candidatos 235.000
Es decir: que de un total de más de
15 millones de votos, Wilson recibió
únicamente algo más de seis millones, o
sea casi un 40% de los votos.
La victoria de Wilson se debió, indu
dablemente, a la desorganización de los
republicanos que se dividieron en dos
facciones, una en favor de Roosevelt y
i Recibido a última hora este trabajo de nuestro estimado amigo y colaborador el Dr. Luis
Lara Pardo, retiramos nuestro artículo sobre La Política del Dollar, que insertaremos en el número
próximo, para dar cabida al del Sr, Lara Pardo, de suma actualidad en estos momentos.