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COSMOS
en grueso «ottoman» blanco con un
borde de cibelina, desde el cuello a
la cintura.
El sombrero era plano, con bordes
arrollados en forma de tricornio. El
tejido era de pana. Unas plumitas de
ave del paraíso ondulaban con exqui
sita gracia.
Encantadora es en verdad esta des
cripción. Pue
do asegurar a
mis lectoras
que cuando la
leí, me di
completa idea
del traje des
crito, y ce
rrando des
pués los ojos,
medité un ra
to y mi ima
ginación vagó
por los mun
dos del lujo a
que la escri
tora se refiere
y en los que
el precioso
vestido f u é
objeto de admi
ración general.
LA MODA EN EL
CALZADO
La propia cro-
nista recuerda
que un gran es
critor solía decir
que el arte de la
«toilette» es el
más delicado y el
más difícil de to
dos, y que para él
es necesaria una
clara inteligencia
y precisa tener el
más refinado gus
to. Las parisien
ses triunfan en es
te arte, agrega la
escritora, y ni el
más pequeño deta
lle se les escapa.
Por eso una de las
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Trajecito para niña.
Modelo
para
joven-
cita.
Parte esencia
en la indumento
ria femenil con 5 '
tituyen los gua ,r
tes. A las vece 5 ’
cuestiones importantes pa
ra ella es la del calzado. Al
llegar a este punto, vemos j
que la moda entra \-a en el
terreno de las exageracio
nes. Aboga la expresada
cronista por el excesivo lu
cimiento del
calzado, y en
nuestro con
cepto, no de
be estimular
se tal cosa
porque para
ser elegante
no es necesa
rio lucir más
de lo que el
decoro permi
te. Este afán
por mostrar el
calzado hace
que la moda
en él mismo
se acentúe, a
veces en for'
mas poco
aceptables.
Los tacones
van aumen
tando diaria
mente, j' son des-
mesuradamen te
altos, tendiendo
al monopolio el
estilo Luis XV-
Tales modas en
realidad p e c a o
contra el decoro
y contra la higie
ne, pues b i e o
probado está el
grave mal q u ®
hace en la muje f
el uso de tacone 5
If excesivamente
altos.
LOS GUANTES