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Los cien amigos
-: del hombre
. MiGOS y muy excelentes del hombre
fueron y son el perro, el caballo,
el gato. Entre unos y otros han existido
siempre relaciones cordialísimas, y la
Historia registra infinidad de rasgos que
lo prueban. La loba de Rómulo y Remo,
Argus, el perro de Ulises, Bucéfalo, el
caballo de Alejandro, al que éste dedicó
una tumba, e Incitatus, al que Calígula
nombró cónsul, asignándole una guardia
SS -
El sapo, con su cuerpo repulsivamente cubierto
de pústulas y escamas.
de senadores que se relevaban para su-
ministarle el pienso.. ..
Pero ahora vamos a hablar al lector
de otros amigos del hombre, muchos de
ellos aparentemente odiosos, de aspecto
repugnante algunos, vilipendiados los
más, que gozan de fama de crueles o
taimados o peligrosos, y que no sólo son
en absoluto inofensivos, sino que mere
cen nuestra piedad, cuando no nuestro
cariño.
Digamos, de pasada, que muchas ve
ces la injusticia o un inexplicable desvío
se ha cebado en animales tan nobles y
leales, por ejemplo, como el perro, a
quien—según frase de un humorista—no
le falta más que tener dinero para ser el
mejor amigo del hombre. Alejandro Du
mas, hijo, odiaba al perro, y hasta lo
manifestó públicamente en letra impre
sa. Con singular ironía atacó a este cua
drúpedo, reprochándole porque «da vuel
tas estúpidamente para cogerse el rabo*
ladra a toda persona que viste andra
josamente. En cambio Víctor Hu'
go, sentía cierta predilección sen
timental por el sapo....
¡Oh, no hagas un gesto de
repugnancia, gentil lectora-
El sapo, sí, el símbolo li
terario de lo odioso, de 1°
impotente, de lo ru¡n<
el animal que, según
el vulgo, «hace ma 1
de ojo», inseparabl e
compañero de brujo 5
y hechiceros. El sa
po, • con su cuerp 0
horriblemente cu
bierto de pústulas y escamas, es uno de
los amigos humildes del hombre, ¿Q ue
importa su apariencia, si es de mansa
condición? No vale el azor menos parí* 1
en vil nido siga.. ..—decía el rabino Sen 5
Tob.
La experiencia ha demostrado que es
te inofensivo batracio es particularment e