NOTAS COMICAS
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EN EL JUZGADO
—Vamos, diga ustod todo lo que sabe.
—Miusté, siñcr, yo no sé más que guisar.
Gedeón en el Juzgado
—-Es usted soltero, casado o viudo?
—Viudo,
—¿Y desde cuándo?
—Desde que se murió mi mujer.
En la taquilla de la Estación.
—Déme usted un billete de tercera.
—¿Para dónde?
—Conque no le he dicho, a mi mujer
adónde voy, y se lo voy a decir a usted.
Lo único seguro
—Qué edad tenía usted cuando se ca
só, Marqués?
—No lo recuerdo exactamente; pero
cabe asegurar que no había llegado a la
edad de la razón.
Lógica extraña
—Señorita, ¿es suyo este perrito?
—Sí, señor.
Camino del Cementerio
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Un difunto a quien llevaban en un ca
jón dice a sus acompañantes:
— Compañeros, ¿adónde me lleváis?
—Al camposanto.
;— ¿Por qué ?
—Porque estás muerto.
—¿Cómo he de estar muerto si estoy
hablando?
—¡Calla, bruto! Si querrás saber tú
más que el médico.
Respuesta sincera
—Dime, hijita, si pisaras, sin querer
un pie a una señora, ¿qué le dirías?
—La diría: “Usted dispense”.
—¡Muy bien! Y si, al verte tan bien
educada, te regalaba la señora una mu
ñeca, ¿qué harías?
—Le pisaría el otro pie y volvería a
decir: “Usted dispense”.
No hay Esperanza
—Aunque sólo fuera por mí, le agrade
cería que me pagase, pues ha de saber
usted que mi principal me amenaza con
la cesantía si no consigo cobrar la
cuenta.
—¡Pobre joven.. ¡Indudablemente, ese
hombre quiere deshacerse de usted.
IT
LA FUERZA DE LA COSTUMBRE
nada
¡Caramba!, pues no se le parece en í" E ' estámag °'