TOPOGRAFIA CERVANTINA
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factos que hoy con este nombre, y cons
truidos según los adelantos de la indus
tria, abundan en algunas comarcas para
sacar el agua honda con las intermiten
cias del viento, que mueve el volante de
Paletillas. Los molinos de Don Quijote es
taban y están todavía formados por una
torrecilla de tres pisos: en el superior, la
muela, unida a las aspas, gira por la
fuerza del viento y tritura el grano, que,
convertido en harina, cae por ancho ca
nalizo al depósito del piso intermedio, y
et ¡ el inferior se almacenan los sacos de
trigo que se llevan a la molienda.
Al salir de Campo de Criptana, y
cuando el excursionista se engolfa en la
anchurosa llanura de su famoso vecin
daje, no descubre la vista en lontananza
ui un árbol, ni un huerto ni un estanque;
todo es tierra casi lisa, con ondulaciones
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Desfiladero de Despeüaperros, (Sierra Morena).
suavísimas que parecen las inmóviles
°las de un mar encantado. Poco se tarda
6n llegar al Toboso, la patria de Dulci-
ne a, el silencioso escenario donde el so
carrón escudero preparó la inimitable
farsa de la transfiguración de aquella
hermosa desconocida en la más vulga-
r °ta y fea de las labradoras manche-
gas.
Aún está en pié la casa que a Cervan-
fcs sirvió de hospedería, y que bien pu
diera ser el palacio a donde Don Quijote
dijo a Sancho que guiara al entrar en el
■toboso a media noche y topar con la
’glesia, único edificio no injuriado por
e i tiempo.
Los vecinos de El Toboso sostienen
c °n tenaz empeño que Cervantes nació
en Alcázar de San Juan y que su familia
era oriunda de aquel lugar, donde hay
todavía una casa a la que todos llaman la
casa de Cervantes, conservándose en ella
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El Toboso.—Exterior del Convento antiguo.
el escudo de la familia, en que campean
dos ciervas con este mote:
Dos ciervas en campo verde:
la una pace, la otra duerme.
La que pace, paz augura;
la que duerme, la asegura.
Después de la desgraciada aventura
de los galeotes, internóse Don Quijote,
por consejo de Sancho, en las entrañas
de Sierra Morena con intención de atra
vesarla toda e ir a salir al Viso oa Al-
modóvar del Campo, y en aquellas aspe
rezas hizo imitación de la penitencia de
Beltenebros, de la cual le sacó la indus
tria del cura y del barbero, restituyén
dole al lugar de donde eran convecinos.
La tercera salida comienza camino de
El Toboso como la primera comenzó en
los campos de Montiel, internándose lue
go en el corazón de la Mancha para ir a
parar a la cueva de Montesinos, prosi
guiendo luego por Aragón en querencia
de Zaragoza primero y de Barcelona des-
i
Entrada de la cueva de Montesinos.