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COSMOS
dentadura. El molde se hace desde lúe*
go en yeso, para cada ejemplar, vacián
dose en seguida en bronce. Este último
se pule y sirve de patrón. Como este pa
trón debe reservarse, se sacan de él otros
dos o tres moldes que son los que se em
plean en los talleres.
De la fundición pasa cada molde a
manos de otros obreros, que lo acaba de
pulir, haciendo especialmente que cada
mitad ajuste con la otra que le corres
ponde. Los moldes de las muelas son
más complicados, pues constan de cinco
de vidrio y ponen en cada alveolo una
cantidad determinada de esmalte que
extienden por medio de un instrumento
pequeño cuya extremidad es redonda.
En seguida, llenan el resto de los alveo
los de la cantidad de pasta necesaria pa
ra construir el cuerpo del diente. Hecho
esto, cierran los moldes, los colocan en
una prensa y así los pasan al horno.
La primera cocción se hace por medio
de gas, a una temperatura de 300 a 400
grados a fin de endurecer el diente y
permitir hacer sin peligro las manipula-
.
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V,
Aplicando la pasta a los moldes.
partes. Los garfios de platino que han
de fijarse en la parte superior de los
dientes se fabrican con una máquina au
tomática que produce diez mil por hora.
En el taller de moldeado hay siempre
uñ grupo de muchachas que con gran
destreza colocan los garfios en los mol
des aprovechando para ello las perfora
ciones que previamente se han hecho.
Los moldes así dispuestos pasan en
seguida a manos de algunos operarios
quienes los colocan sobre uha placas
ciones que se requieren para dejarlo ter
minado.
Al sacar del horno las piezas se pro
cede a una operación de pulimento, qui
tándoles los rebordes que dejan las unio
nes del molde. Una vez pulidos se colo
can sobre dos platillos de barro refrac
tario en los que hay una capa de polvo
de sílice. En estos platillos caben de 160
a 190 dientes. Los platillos pasan a un
horno mayor, calentado con petróleo, y
en el que sufrén una temperatura de 700