Full text: 1.1915=Nr. 6 (1915000106)

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LliflUê 
¿ La geografía r Hay una cierta adap 
tación de la corriente de los sucesos al me 
dio geográfico, elemento estático, que se 
gún se mire puede comprender casi todo 
lo anterior, más la posición, la extensión, 
el aspecto general, la configuración y los 
dates arcifinios. La geografía orienta, im 
prime rumbo a la corriente histórica co 
mo el desnivel del suelo a la co 
rriente del río, pero- ¿ cómo calcular 
las curvas infinitas, caprichosas de la 
onda móvil y fugaz ? No es posible me- 
un compás, pero el hecho capital queda 
ilustrado con ejemplos concluyentes: Cam 
biando la geografía de una zona, se des 
hace su historia para rehacerla de otro 
modo, y si bien la montaña separa y el 
río une, es también verdad que ciertos ríos 
ponen fronteras al espíritu nacional. 
¿ La raza, el tipo' hereditario, la unidad 
étnica ? Cada grupo humano, aunque sea 
resultado de cruzas sucesivas, cada variedad, 
lleva en sí un impulso que estriba en sus 
células y es el secreto* de su destino, una 
energía incalculable que moverá a la uni 
dad étnica con mayor o menor velocidad 
a través de los siglos. La variedad imprime 
al espíritu caracteres indelebles, mientras 
no cambie de situación geográfica. El 
francés de hoy es, en el fondo, el propio 
galo que Estrabon y Julio César describían, 
y con el inglés acontece igual, pero su des 
cendiente cambia de carácter en las Indias 
(Fouillé). 
¿La historia, el arte? Hemos visto que 
la patria es la historia de la patria. He 
mos llamado la atención sobre el arte como 
factor nacional. La emoción patriótica con 
tenida en un poema, en la cadencia de un 
himno amado, en el gesto de un héroe 
que inmortalizó el pincel, suscita a su vez 
el patriotismo y le aviva en el corazón 
del pueblo. En cuántos héroes habrá evo 
cado la idea y avivado* el sentimiento de 
la independencia y de la unidad nacional, 
en Italia, aquella creación de Miguel An 
gel, la estátua de La Noche, bella mujer dor 
mida, imágen de la patria, en el sueño 
de su esclavitud, bajo el yugo de los 
tiranos ! El arte superior forma una es 
pecie de aureola al rededor de las banderas 
victoriosas, dice Qroussac. Hasta la gloria 
del sabio, un poco indiferente tal vez a su 
bandera, proyecta sobre su patria un rayo 
de su luz, y su nombre es motivo de or 
gullo, integra la personalidad moral de su 
nación. 
Y si todas las causas naturales fueran 
idénticas en todas partes, todavía ten 
dríamos signos de nacionalidad que deri 
varían de causas étnicas, y si todos los 
pueblos estuvieran formados por una sola 
raza puesta en las mismas condiciones na 
turales, habría aún naciones con fisonomía 
propia, mientras tuvieran costumbres, edu 
cación e historia diferentes. 
Y como epílogo sentamos que las princi 
pales causas constitutivas de las naciones, 
son la geografía, la raza y la historia, lo 
cual no quita que el carácter nacional sea 
—dando otra aplicación a una expresión 
ajena—como aquel famoso metal que en 
el incendio de Corinto se formó de la 
mezcla de todos los metales. 
Manuel DOMINGUEZ
	        
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