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LÈTftAS
tuve enferma. Si no parecía sino que fue
se un hermano.
Teresa
Y por qué no lia de serlo. A Juan Ma
nuel yo le quiero como si fuese un hi
jo. Hace veinte años que le tengo con
migo. Tiene apenas un año más que tú.
Malvarosa
A mí me gusta por lo alegre que es.
Parece que ese hombre no cambia, que
los años no tienen suficiente poder para
modificar su carácter; como si fuera un
niño de todo se ríe. Y es trabajador. Des
de que sale el so! hasta que se pone se
le vé inclinado hacia la tierra abriendo
surcos... Luego por la noche, cuando
canta para distraernos, hay en su voz yo
no sé qué alegre tristeza que hace lagri
mear ail reir. Yo no sé donde pudo ha
ber aprendido esas cosas tan lindas que
dice. Cada vez que le oigo cantar en
cuentro nuevos encantos en su voz.
Teresa
Hija... hablas con mucho entusiasmo de
Juan Manuel. No parece sino que le qui
sieras de otra manera distinta que con él
querer de una hermana. Es un decir.
Malvarosa
(Bajando la cabeza) — Yo le quiero así
como tú le quieres, con un cariño de pa
riente.
Teresa
Tonta... nada tiene de malo que le
quieras bien. Sois jóvenes... y
Malvarosa
¡ Madre ! que se me ha enredado- el
hilo.
Teresa
Señal de buena suerte.
Malvarosa
Oye madre — (dejando- de trabajar) —
Yo no sé lo que me pasa hoy. A ratos
siento ganas de reir, de cantar, de correr
po¡r el campo... y a ratos me oprime
una tristeza... que no- puedo soportar.
Me parece que algo va a suceder... que
va a cambiar mi vida su modo de ser.
Cuando esta mañana salí a la huerta para
recojer flores y vi que el sol encendía
todo el cielo y oí que los pájaros can
taban me puse de alegre oomo nunca.
Empecé a cortar, a arrancar todas las
flores sin darme cuenta. Las junté en
mi regazo y las acaricié como si cada
rosa fuese un niño. Luego cuando pasé
por la huerta de doña Agueda y oí sus
lamentos me entró unas ganas enormes
de llorar. Yo no 'sé lo que me pasa.
Teresa
Es que tú tienes mucho corazón, Mal
varosa.
Malvarosa
Tal vez sea por eso... (se levanta).
Hoy no tengo ganas de nada. No puedo
trabajar.
/ eresa
Es que te sientes ma', hija.
Malvarosa
No madre... ¿ Sabes tu lo que soñé
anoche ? ¡ Oh ! es horrible.
Teresa
Habrás dormido mal. También el tiem
po estaba muy pesado. Yo dormí muy
poco.
Malvarosa
Anoche mientras cerraba mi ventana, pa
só rozando por las rejas, ese pájaro de
cementerio que anuncia desgracias.
Teresa
¡ Jesús ! (Se santigua).
Malvarosa
Y me dió tanto miedo que me puse
a rezar en voz alta. Después me acosté
y no pude cerrar los ojos por mucho ra
to. Cuando a,l fin pude dormir, soñé que
volvía el pájaro, pero esta vez muy gran
de y muy negro. Sus alas cubrían todo
el pueblo y de su pico salía un grito ex
traño. Me arrancó de la cama con sus
garras y me llevó lejos, muy lejos sobre
una montaña donde estaba Juan Manuel
y el capitán. Allí me dejó y desapareció.
Rato después vino una tormenta terrible
que nos arrastró al abismo, a los tres,
confundiéndonos, destrozándonos. Luego
me encontré muy sola, sentada en la to
rre de la iglesia. Lo que veía no era
este pueblo sino otro, más grande. El pá
jaro negro volvió y suavemente de
positó en mi regazo un niño, muy chico
y muy lindo... Después, no vi más na
da. Me desperté toda temblando.
Teresa
No hagas caso, ¡ se sueña tantas cosas !