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LETRAS
cante si se quiere, y que no da tema
para dramas o tragedias.
Todo esto consta en los documentos es
critos por el mismo Carlos V o por sus
secretarios y en cuanto a- lo que po
dríamos llamar su diario en el convento,
por lo que dejaron escrito estos mismos,
sobre todo Quijada, Gaztelú y Van Male,
aunque no pudo ser salvado todo por
haberse apoderado de muchos de esos pa
peles el mismo 'Felipe II, y entre ellos
los comentarios de su padre, que empe
zó a escribirlos en 1550, pero de los que
se conoce una traducción a! portugués, del
que luego fue traducida al inglés por el
barón de Lettenhove en 1862.
Véase mejor todo esto en Fournier,
«L’esprit dans l’Histoire»; en Wheaton;
en Stirling, «Last days of Charles V»,
y en Sainte - Beuve, « Nouveaux Lundi».
¿ Cuál será, pues, el origen de todas
estas mentirillas ?.
Es muy sencillo saberlo y explicarlo.
El mismo Convento de Yuste, o mejor di
cho, los autores e inventores de las men
tirillas fueron los mismos frailes de ese
convento, interesados en conservar para
ellos solos al grande hombre, para edifi
car con su vida de penitencia, para bus
car imitadores,. ¡ Pues es nada la con
quista para el claustro y el cilicio de un
conquistador de pueblos y gran monarca !
*.
¿ Para qué recordar las mentirillas del
combate de los tres Horacios y los tres
Curiados, griegos disfrazados de romanos
y albanos, que no es más que la re
producción del combate de tres soldados
de Tegeo y tres de Feneo, es decir, de
dos aldeas de la Arcadia ? Puede verse es
ta historia en un fragmento de las Ar-
cádicas de Démarate, que los toma de
Sti'co, como lo recuerda Fournier en su
obra ya citada, y que reproduce Ville-
main, en «La República de Cicerón».
¿ Para qué recordar tampoco la histo
ria de Rómulo, amamantado por una lo
ba, reproducción de la de Ciro, que lo
fue por una perra ? Los dos se i onen
al frente de pastores, los dos se ejer
citan en los combates, los dos libertan
a los suyos. Asia es más grande que
Europa. Ciro es el jefe dé un pueblo;
Europa es más pequeña que Asia, Ró
mulo es jefe de una partida. Ciro fun
da un imperio; Rómulo una ciudad que
Conquiso imperios.
¿ Para qué hablar del fundador de la
dinastía merovingia en Francia, del rey
Pharamond, si está probado que no ha
existido ?
Sobre esto hay algo curioso. En el
Museo de Bethume existe un documento
que se dice fué dictado por la princesa
Elisabeth de Francia en presencia de su
hermano Luís XIII, en que le dice a és
te : Que tome por modelo para la pie
dad a San Luís, para la justicia a Luís
XI, y para ■ el amor a la verdad a Pha
ramond I.
Si esto fuera cierto sería necesario con
vencerse que los reyes de Francia an
teriores a Luís XIII fueron todos muy
mentirosos (casi digo muy historiadores),
cuando para modelo de verdad se toma
a un rey que no ha existido.
Felizmente, hoy puede negarse en cual
quier parte la existencia de un rey, sin
peligro de verse condenado por delito de
lesa patria, como le pasó al historiador bo
hemio Shloezer, que fué encarcelado por
haber borrado de la historia de su pa
tria a varios principes introducidos de con
trabando en ella por la fábula.
La • exclamación de Francisco I, al verse
vencido en Pavía: «Todo se ha perdido
menos el honor», no es del todo falsa,
pero no es cierta tal como se la narra.
No fué pronunciada sino escrita por el
mismo rey la noche de su desgracia, en
carta a la madre. «Señora;—le decía,—
para advertiros cómo marchan mis infor
tunios, os diré que de todo no me que
da más que el honor y la vida en sal
vo », etc.
Chateaubriand en sus «Estudios Histó
ricos» niega el dicho, y lo mismo hace
Sismjondi, Las palabras de la carta las
reproducen muchos escritores, más se du
daba de su autenticidad por no conservar
se la carta original de Francisco I, pero