Deje Rabngás, que hombree nuevo» traigan al gobierno
de la nación junto con el caudal de sus energía», la savia
generosa de sus vidas incontaminadas; duerma en paz, en
vuelto en la mortaja de su levita impecable de trasnochador
elegante como un muerto sin gloria, que una época nueva
corona la democracia argentina para perpetuar los laureles
del pasado en los rudos trabajos del porvenir, llamando a los
ciudadanos que quieran contribuir a la grandeza común con
aquella divisa de las viejas órdenes de caballería: “Haz lo
que debes; triunfe quien pueda.”
Francisco Aníbal Riu