Dáffi C ^ aS ¡ f/l g°ngorismo que también enferma a numerosas
siniTllp S de Cancidn de amor y fuerza”. Lo digo sin el más
nr<w académieo - °dio la gramática, la retórica y la
liberé U ' a Cí ° m ° du<den en }dma i°s errores infantiles, el
.yaburdellU a o . COnStrUCCÍÓn 7 k Ímpr °P Íedad en el «o
táeulo” tUV ‘ 1 < < ri l tlem , P ° y espacio transcribiría “Canto al obs-
sea más / ., a ’ lero ’ ’’ P ara d ue la persuación de mis palabras
v evón. da ' ;° n dos com P° sici °nes ante las cuales toda glosa
mm ) toeS1S i GS mdtd- ' Y dué cosa más anti sentimental y ripiosa
os dos tercetos del sonetino “Ilusión”? Oídlos:
JIo discuto: mando, exijo.
Sángrenme las cuatro venas
si perdono a San Antonio.
Para la justicia rijo
mi acero, jurando apenas:
., IBasta ya; voto al demonio I
Chos de i? í cita í todos los errores > Ios nialos gostos y capri-
equivocadn° bra ’ f. asta con los d uc anteceden; y ojalá yo esté
c do, para bien del poeta.
III
ai azar ^° S cosas Zoilas, los momentos de gracia. Tomaré
de este ^ q \ lC a cada línea ( l llc trazo se acerca más el límite
de un , ar °' 0ld esta poesía diáfana y sencilla como el agua
* u nacedor:
A un niño
Pequeño de sonrientes ojos
de rizos de seda y de luz:
pájaro de canto armonioso
onda saturada de azul.
Porque apenas la tierra tocas,
no eres divino serafín,—
eres como la mariposa
detrás de la que sueles ir...
Cuando de la altura celeste
baja la mirada de Dios,
8 e posn en tu cándida frente
como la abeja en una flor.