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Bibliografía
El pájaro sin alas
Alberto Tena, aborda un género literario, la novela, que no
seduce mucho a los escritores americanos quizás por las dificul
tades que importa o por la reconcentración de espíritu que exije,
poco adaptable a nuestro temperamento de raza fantasiosa e
inquieta.
Y es justo manifestar que, salvando todos los obstáculos, este
escritor amigo sabe salir airoso de la prueba.
«El pájaro sin alas», novela editada cuidadosamente por la
prestigiosa revista «Nosotros», ha sido saludada por un resonante
éxito, de crítica y de librería.
El nombre del autor ya es una garantía de la bondad de su
obra. Su producción literaria dispersa en diarios y revistas, le
había conquistado con toda ley, un puesto de preferencia en las
letras rioplatenses.
Ahora, Alberto Tena, se decide a dar arquitectura a su obra,
en los lincamientos harmoniosos del libro.
Hace ya más de una década que apareció su primer volumen,
«Buscando el sol», interesantes impresiones de arte y de vida.
Después de largo plazo de silencio y de estudio, hasta que el año
pasado publicó en la casa Moen, «La otra Alemania», haciendo
crítica política de los graves acontecimientos mundiales de la época
anuncia, la publicación de otra novela histórica sobre el Buenos
Aires virreinal, y otros dos libros sobre asuntos sociales y lite
rarios.
Dedicado a un arte severo y a la alta crítica, Alberto Tena,
construye poco a poco su pedestal, con bloques de talento, már
mol sangrante sobre piedra viva.
«El pájaro sin alas», es la novela de Polilla, un hijo del pue
blo con médula de héroe, que ve tronchada sus alas, por un vulgar
accidente. El héroe que se siente con alma y corazón para las
más grandes y generosas aventuras, da con su triste humanidad,
en una cárcel donde permanece dos años, gracias a un sabio fallo
de la justicia que lo condena por ladrón.
La sombra y el dolor, quebrarán las alas del pobre Polilla
que posiblemente al salir de la cárcel será uno de los tantos ven
cidos por el infortunio; quizás un andrajo o quizás un vengador.
La vida de los humildes es fecunda en estos pequeños dramas y
un suceso pueril, puede torcer una inclinación superior o malo
grar un destino.
Muchas veces la maldad de los hombres es una culpa colec-