Crónica
7
c<3c<^'C<JC^c^Cí»e«G^c<yco’<3<^’e{^'eí^ ,
Crónica CDunòial
Los sucesos de Méjico y la figura de
Madero. «
Aunque no parezca ya de actualidad no
está demás, sin embargo el hacer algunos
ligeros comentarios acerca de la catástrofe
revolucionaria mejicana, que terminara tan
trágicamente con la muerte del presiden
te Madero y de! vice señor Pino Suárez.
Y estas consideraciones nos las sugie
ren los hechos producidos y los persona
jes que han intervenido en ellos.
Francisco 1. Madero, es sin duda algu
na, digno de pasar á la historia. El ca
rácter férreo de aquel hombre y su tena
cidad inquebrantable los puso de relieve
en la memorable contienda.
A raíz de la sublevación promovida y
encabezada por el general Félix Díaz,
sobrino de don Porfirio Díaz—cuyos deta
lles todos conocen—la personalidad de
Madero se destacó con contornos gi
gantescos.
El ex-presidente, hebreo de origen, ha
excedido de la talla común de los manda
tarios oropelescos y vulgares, sin iniciati
vas, sin carácter y sin talento. Su pasta
ha sido formidable y nos demuestra que
en este siglo positivista y comercial, aún
no ha muerto la estirpe de los héroes y
de los soñadores, la de los locos y de los
genios...
Madero ha sido uno de ellos. Cuando
estalló la insurrección, inmediatamente
que tuvo conocimiento de ella acudió per
sonalmente y se puso al frente de sus
tropas, arengándolas y conduciéndolas al
campo de batalla, en medio de la lluvia
de las balas y del fragoroso estrépito de
los fusiles. Más la suerte le fue adversa,
en esa colosal hecatombe que tuvo por
teatro las calles de la capital mejicana.
El gigante pereció en la contienda, sa
crificado por sus enemigos, que temían
demasiado de su valor y de su locura.
¡ Es hermoso el gesto aquel de Madero,
en su desesperada resistencia última, al
defenderse personalmente desde los salo
nes del Palacio de Gobierno, con su máu-
ser en la mano, dipuesto á morir antes
que ceder, y rodeado, de sus últimos ami
gos fieles, dos ó tres que no le hicieron
traición 1
¡ Pobre Madero, víctima de su lealtad
y de su heroísmo! El no concebía la
degradación ni la villanía humanas y no
pensaba que como á Jesús se le pudiese
entregar y vender por dinero .. !
La humanidad ya no quiere Quijotes ...
Quiere nueva clase de héroes que en
vez de blander una espada, empuñen un
arado, y que en vez de dirigir una aren
ga lírica y estoica pronuncien discursos,
hablando de la libertad del sufragio y del
porvenir de la exportación .. ! ¡ Para
qué utopías peligrosas ...
Nada de guerras, ni de gestos sentimen
tales. Los que intenten resucitar una ha
zaña épica, estarán detenidos por la ava
lancha obstructora de cien mil bocas estu
pefactas de banqueros, mercaderes, imbé
ciles y asalariados ... que los maldecirán
y los escupirán en la cara... Ir contra
la corriente es peligroso ...
Nada de epopeyas homéricas ni de le
yendas de audacia. El arrojo' ya no es
tenido en cuenta, por hoy... Y sobre
todo; en estos tiempos, para qué sirve el
honor.. ?
La humanidad ya no quiere oir recordar
de Aníbal, ni de Napoleón, ni de Alejan
dro, ni de Roberspierre. ¡ Desgraciados
de los que pretendan imitarlos .. !
¡Ahora solo se levantan estátuas á los
Manueles II, fugitivos de sus alcobas rea
les y á los Roosevelt, cuando van á caza
de osos por el Africa .. !
La Turquía poética y heróica.
Scutari aún no ha caído, á pesar de
las mil y una noticias contradictorias cir
culadas hasta hoy.
No creemos nosotros, á despecho de
lo que se diga en contra, en las venta-