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EL CORREO AMERICANO
SUMARIO.
Texto.— Programa.—• A la prensa.— Crónica general, por Lu-
raen.— Ñolas de la Dirección.— Esteban Echeverría.— El ne
gro Falucho, por Bartolomé Mitre.— Lima.— El coronel D-
Santiago Baibiene, por X.— Una esperiencia, por Martin Co
ronado.— Poesía americana: La prenda del payador, por
Rafael Obligado; Pasión, por Manuel M. Flores.— Astrono
mía, por Paul Bert.— Gamuali.— Charadas.
Ilustraciones.— Retrato de Esteban Echeverría, dibujo de
Stein.— Retrato del coronel D. Santiago Baibiene, dibujo
de Paria.— Vista de Lima, dibujo de Faria.
pROGRAMA.
En los pueblos republicanos de la América latina,
donde el movimiento político lo absorbe todo, puede
decirse bien que el arte no tiene sino horizontes estre
chos para tender su vuelo.
Eos que han querido afianzar, aún á costa de sacri
ficios, una publicación de este género, por regla gene
ral no han podido ver coronados sus esfuerzos por el
éxito; y solamente han llegado ádarle existencia pro
pia, cuando ella ha nacido y se ha desarrollado en me
dio- de una de esas situaciones violentas creadas por el
alejamiento desdeñoso de la vida pública, que opone
la sociedad culta al desenfreno de las políticas aventu
reras ó al despotismo bárbaro y humillante de los go
biernos militares.
Es entonces, en esas épocas anormales, cuando el
hogar recoje, atrayéndolas á sí, todas las fuerzas acti
vas del pensamiento, y el arte viene á ser como el
templo á donde van á asilarse las aspiraciones genero
sas escarnecidas y las nobles ambiciones proscriptas
del derecho. Se reproduce, en grandes proporciones,
el cuadro de la familia que se agrupa bajo el techo
paterno, para contemplar desde allí, al través de los
cristales, la tempestad que desencadena fuera sus iras
salvajes, luchando por ahogar con sus sombras la luz.
dorada del sol y el azul diáfano del cielo.
En una palabra, para que el arte viva, para que la
literatura se levante, ha sido casi siempre necesario
que el derecho se limite ó se estinga; y esta verdad, si
bien revela que nuestra raza en América no ha llegado
aún á las cumbres de su destino, lo que no deben olvi
dar los que la acusan de indiferencia, demuestra al
mismo tiempo que la libertad es el culto supremo de
su vida, lo que basta para justificarla ante todas las in
teligencias de la tierra.
Nuestro pueblo no es una escepcíon en América; él
también ama ante todo la lucha de las democracias, y
su alma ardiente busca en ella el placer de su inteli
gencia.
Y sin embargo, artista por naturaleza, pocos habrá
que tengan mas elementos propios para descollar en
este sentido; pocos que le igualen en el sentimiento
estético, en el entusiasmo por la belleza y en el culto
apasionado por el génio.
La realización del sueño de las generaciones ávidas
de porvenir y de gloria, es quizá cuestión de tiempo y
nada mas. Un nuevo ensayo, con dedicación y buena
voluntad, si no nos conduce á tanto, puede por lo me
nos preparar el camino, en una época la mas propicia
para intentarlo.
Esta creencia y este deseo nos traen hoy á ocupar
un puesto en las filas del periodismo argentino.
Nuestro programa puede condensarse en muy pocas
palabras.
El Correo Americano será un obrero infatigable
en la labor del pensamiento, pero no será esto solo
Cumpliendo por completo sti misión, vivirá con la so
ciedad á que es dedicado, acompañándola siempre en
sus luchas, sus infortunios ó sus triunfos.
Decir que El Correo Americano, por el hecho de
ser un periódico literario, se considera inhibido de to
car la política, seria pues falsear su programa y conde
narlo á la esterilidad en nombre del egoísmo. Hoy
mas que nunca la sociedad argentina, refugiada bajo la
enseña liberal, tiene derecho á exijir que la prensa tra
duzca fielmente sus aspiraciones, y que todo elemento
impulsivo del progreso, como todo vuelo de la inteli
gencia, sean otras tantas armas que pueda oponer ai
asalto de sus enemigos poderosos.
Esto en cuanto á nosotros.
Fuera de la República, El Correo Americano bus
ca, como su nombre lo indica, servir de medio para la
comunicación intelectual de los pueblos del continen
te, que viven casi desconocidos unos de otros, á pesar
de tener el mismo origen, el mismo idioma y la misma
historia. En este sentido, haremos cuanto esté á
nuestro alcance para asegurar el éxito de esta nueva
tentativa, inspirada por el sentimiento sincero de la
fraternidad.
La protección pública nos dirá si hemos venido á
tiempo, y si estamos ó nó en el buen camino.
Ji LA PRENSA.
Al iniciar sus tareas periodísticas, El Correo Ame
ricano saluda cortesmente á la prensa nacional y es-
trangera de la República.
Igual saludo envía á todos los órganos de publicidad
de la América.
pRÓNICA GENERAL.
Buenos Aires está triste, muy triste.
Las horas del cautiverio pesan como una maldición
sobre la ciudad heroica del 2-5 de Mayo y el 11 de Se
tiembre.
Enseñoreados de su destino sus enemigos implaca
bles, los vencidos de Caseros y de Pavón, los que con
envidia de reptil acechaban sus vuelos de cóndor, no
puede esperar del porvenir sino la disyuntiva entre
ser lina ruina de la venganza ó un campamento de la
barbarie.
Rosas, Urquiza, el Chacho, son hoy las divinidades
incensadas, á cuyos manes se ofrecen en holocausto la
desmembración de Buenos Aires, que anula el pro
greso, y el martirio de Corrientes, que prepara el ca
mino á la restauración de la mashorca.
Por esto es tan profunda la tristeza de Buenos Ai
res. Por esto se vé á la sociedad porteña alejada dé
los paseos públicos, huyendo de las fiestas, aislándose
en una palabra, para evitar encontrarse con aquellos
que la han reducido á la servidumbre.
Ya puede figurarse cualquiera, en presencia de esta
actitud de separación y de repulsa, cómo vivirán ellos
en medio de un pueblo que tiene el orgullo tradicio
nal de sus glorias, y que ahoga con el odio de su des
precio á los invasores que le han robado la libertad y
la patria.
La cuestión capital, resuelta á beneficio de Roca
por sus partidarios, lia venido á ahondar de tal modo
el abismo abierto después de los sucesos de Junio, que
no bastarán todos los siglos del porvenir para colmar-