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LOS IRRESISTIBLES
(Instantáneas locales)
Los irresistibles son unos megalómenos como los
de las grandezas, pero diez grados más inferiores,
pues tienen desarrollada como una nuez la protube
rancia de la fatuidad y achatada como suela de foot-
ballista la protuberancia de la lógica...
El irresistible tiene todos los caracteres exteriores
de un galán joven del teatro por secciones en plena
aventura sainetesca. Es un tipo que peina cabellera
atuzada con brillantina y cosmético; luce las últimas
novedades de la moda; ga->ta poses de Cyrano, cue
llos inquisidores, y sonríe placenteramente á toda
mujer que encuentra al paso por esas calles de Dios.
Además, — y este es el síntoma más alarmante del
proceso avanzado de su megalomanía — tienen la
lengua más floja que horchata con chufas ó que sim
ple agua panada,pues tienen «el estómago resfriado»,
como comunmente se dice de todas aquellas perso
nas incapaces de guardar un secreto y de aquellas
otras que no conocen ni de oídas á Misia Pruden
cia...
Pero esto no sería nada si el charlatanismo de un
irresistible fuese tan leal y Verídico como el de los
discos fonográficos. Los irresistibles mienten y en
gañan á sabiendas con una ingenuidad encantadora,
•que, encontrando zonzos que Ies presten crédito, suele
pasar de los nueve puntos y aún de los cien kiló
metros por hora...
¿Qué mujer resiste á las miradas tremebundas y á
los galanteos de un irresistible? Según ellos, nin
guna. Por eso no es de extrañar, que un tipo de tal
categoría, le diga á usted que él tiene quince novias
que le adoran y treinta y cuatro dragonas que lo
disputan 1
Tardes pasadas, en pleno Sarandí Street, ercon-
tréme con un conocido irresistible á quien, siempre
que puedo, le hago «¡Cruz diablo!»... Antes de que
yo hubiera reparado en su presencia, él ya me largó
á boca de jarro y á gritos esta confidencia pública:
— Ché, ¿qué le parece aquel budín rubio que va
por enfrente? Está que no me saca los ojos...
Mañana, amigo, le daré detalles de esta mi novísima
conquista 1
Yo, por más que en e3os momentos abrí bien los
ojos y escudriñé á los cuatro vientos, no vi ningún
«budín rubio .
Conozco á un irresistible de audacia encantadora
que después de perseguir por cuadras y kilómetros
á una mujer y decirla al paso galanterías como éstas:
— * Adoro á usted enloquecidamente!» — «Mi cora
zón es un fuego artificial que usted ha encendido con
el fósforo de sus miradasl» — no cesa en su decla
ración hasta recibir en plena calle y en pleno rostro
un soberano: — «¡Estúpido!»
En uno de estos brumosos y fríos atardeceres, allá
en un café central de nuestra principal avenida, y
alrededor de una mesa donde suelen congregarse en
petit Club de la Guayaba algunos de estos temibles
irrdsisti lies, tuve la envidiable oportunidad de oirles
narrarse mutuamente sus éxitos amorosos... Eran
cuatro los irresistibles allí congregados. Tres ya ha
bían narrado sus aventuras del día, por fin, el cuarto,
un lechuguino acicalado que á guisa de aperitivo
bebía á pequeños sorbos agua azucarada con dos ó
tres gotitas de esencia de grosella, se expresó así:
— Pues yo no les envidio nada. No; no les envi
dio... ¿Saben ustedes lo que Pepita Micífúz ¿oyen
ustedes?... Pepita Micifúz que es de la créme y del
chic de la dernier crí ha dicho de mí? ¿nó?...
Pués me consta que Pepita Micifúz ha dicho que
yo . soy un bello 1 ¡un bello!... ¡un beeeellol
Y so voz de flautín se desvanecía en el gorgorito
de aquel delicioso !eit motiv: « Un bello! ¡un bello!...
¡un beeello!»
Estos irresistibles, como ustedes habrán visto, son
hasta cierto punto inofensivos; pero en cambio, hay
otros, — y estos son los peligrosos, — que hablándole
á ustedes sotto voce, con sonrisas maliciosas, con
visajes expresivos, con frases de doble sentido, aca
ban por decirles que Fulanita y Menganita Pero,
nó. No repitamos lo que ellos dicen de Fulanita y
Menganita...
¡Oh, fátuos charlatanes!
Picón OLAONDO.
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