84
Crónica
Están más lejos ... Ya lo veis ... Per
maneced tranquila que no se os hará daño
alguno...
—Y ¿qué piensan hacer ustedes de
mí?..
—Calma, mi niña. Calma. Mucha tai
ma. Estáos quieta. Ya digo que no se
os hará ningún mal... Estáis aún muy
pálida. Estáis enferma ... Las priva
ciones que habréis pasado... Y luego
las emociones ... Ten paciencia ... Noso
tros te cuidaremos como lo mereces ...
¡ Chito!
Y dirigiéndose á sus tropas agregó:
Vosotros, soldados, marcháos con el
resto de la expedición. Acabado el ran
cho seguid camino con mis segundos.
Yo iré con esta niña y mis ayudantes
tras de vosotros. A la capital...
Pronto terminará la misión y recibiréis
la recompensa por vuestro ejemplar com
portamiento ...
Pero, cuidadito con cometer desmanes
y atropellos. Respetad las vidas. ¡Que
ó sino!..
Pasado mañana, ó breves días más tar
de estaremos de regreso á la patria . . .
No olvidéis mis advertencias y recomen
daciones ...
* * *
Y surgió el idilio... El teniente—te
nía ese grado—me declaró su amor...
—Estoy enamorada de tí, niña mía, —
díjome...
Te encontré en la selva. Recostada
en el suelo. Entre las hierbas. Sin co
nocimiento. Se me figurabas una dulce
princesita. Una Bella Durmiente en el
Bosque. Una deliciosa y gentil heroína
de un cuento de hadas...
En fin. Que te amé al contemplar tu
rostro tan hermoso. Ese rostro hechi
cero que parecía contraerse en una mue
ca triste. En una sonrisa dolorosa ...
Comprendí tus penas y tus sufrimien
tos. La angustia que te habría torturado...
Te traje hasta aquí. A objeto.de pro
digarte mis más cariñosos cuidados.
Luego que te restablezcas te pondré
en libertad ... Dejaré á tu cargo que
optes por lo que más quieras. Queda
eso á tu elección. A tu gusto. Yo no
ptesionaré sobre tí. Te amo demasiado.
Tanto, tanto, que no soy capaz de ha
certe ningún daño ...
Eres tan bella que no sé qué senti
miento me inspiras tan inefable ...
Tu convalecencia, que será corta, la
pasarás á mi lado ... Nadie te tocará.
Ni te faltará. Yo lo ordeno. Lo mando...
Porque mis soldados son fieles. Son
buenos. Son valientes. Como los de tu
patria ... Como tí...
Mi dulce paraguayita: ¿Me escuchas?
...Verdad que no soy malo?.. Tú no
pensarás eso; ¿ no es cierto ? ..
Durante los combates todo se explica.
Que se odie la gente. Que se luche á
la desesperada. Que se destroce. Que
se mate ...
Pero á veces los prejuicios dominan...
Tus hermanos no son malos. Nosotros
tampoco lo somos... Mi dulce niña:
¿verdad que es así?.. Verdad, bella
Leonor ?..
—¡ Ah! Cuán bueno sois! — pude res
ponderle tan solo.
* * *
Estaba agradecida. Me había atendi
do con tanto esmero. Con delicadeza
tanta... Y además era tan simpático
y agradable en su trato ...
No era mal mozo tampoco, no lo
creáis... Gallardo. Apuesto. Bizarro.
Su ingenuidad, y la suavidad de sus ma
neras me cautivó ...
Poco á poco le fui queriendo. Bien
pronto me inspiró una viva afección. Y
luego amor...
* » *
Dos días más permanecimos en el cam
pamento. Con mi adorador, el militar.
Durante ese lapso de tiempo curé com
pletamente. El teniente se portó conmi
go á las mil maravillas. Me rodeó de
presentes y de atenciones. Dióme ali
mentos en abundancia. Agua. Mate
Cigarros. Café ...
Vinimos á esta capital. Y en el viaje
expúsome sus propósitos. Sus deseos
y sus anhelos. Sus ambiciones.