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Crónica
Ensayo sobre la realidad y la verdad en el Arte
...El artista es, por consiguiente,
hijo de las circunstancias. (1) Climas,
carecieres, costumbres, todo cuanto
da sello propio a una colectividad,
tiene acción inmediata y directa so
bre él.
Es como la resultante de varias
fuerzas que convergen : sintetiza una
raza, una edad, una época; está en
teramente sometido a la ley de cau
sa y efecto.
Obra y crea de acuerdo al ambien
te en que vive (2); en cuanto a la
realidad no puede apartarse de su
siglo: hace y dice lo que le dicta
aquélla.
Hablan algunos del artista como
de un clarovidente: esto es en rela
ción a la verdad, pero escasa vez a
la realidad.
Para el artista no hay más realidad
que la de su siglo; a ella se somete
y la copia. Únicamente la verdad
artística tiene carácter univérsal en
él: dice verdades que trasponen los
límites, a veces estrechos, del mun
do en que actúa; he ahí por qué
siendo .locales las copias que hace,
tienen sus poemas o sus estatuas un
contorno universalmente humano.
Homero, el artista genialmente pre
coz, se atiene a la realidad y un pun
to no puede apartarse de ella; Ulises
es griego, valiente, robusto y de
hermosa presencia; lo mismo Aqui
les, el simpático Héctor, Áyax de
Telamón el bravo, y el causante de
la guerra, Paris. Todos, absolutamen
te todos, son personajes antiguos. En
ellos no hay nada que delate al
clarovidente. Las guerras, los com
bates, la despiadada carnicería de
las luchas al pie de los muros de
ñ ñdrlano Irala
Ilión, la venganza de Aquiles, Troya
ardiendo, no son sino realidades, es
decir, la época. Si Homero fuera un
clarovidente en cuanto a la realidad,
se cuidaría de hacer retratos al des
nudo de costumbres tan bárbaras.
Es que tiene que someterse, como
artista, a la realidad y no apartarse
de ella.
En lo que respecta a la verdad en
el arte, la cuestión cambia. La ver
dad artística ya no se. circunscribe a
ninguna época, a ningún siglo, a nin
guna costumbre. - La universalidad
de la belleza, de que nos habla Kant,
es la que entonces rige.
La verdad artística, en "tales con
diciones, es humana y pertenece a
todos los siglos. Desde luego la na
turaleza de la verdad descarta todo
concepto exclusivista, aún hermanán
dola con la belleza.
Por eso la moral homérica es, to
davía, humana y universal. Pertenece
a los tiempos heróicos, a los místicos,
a los modernos y a los contemporá
neos.
La piedad que siente Homero por
la muerte desastrosa de tal o cual
adalid, es una piedad anacrónica, y
la experimentamos nosotros a trein
ta siglos de distancia
¿Por qué? Porque Homero dice
verdad, apartándose de la realidad,
es decir, de la época. El artista anti
guo bate sus alas y trasponiendo el
círculo que le detiene, remonta el
vuelo hacia el porvenir, y en una
suprema transmigración, se hace uni
versal y humano.
Y lo que acontece con Homero
acontece con el Dante, con Shakes-
(1) El presente artículo es sólo un fragmento de comentarios que me sugirió la lectura de La
Filosofía del Arte. El lector no busque en él otra pretensión que la del título.
(2) —Taine: La Filosofia del Arte