Full text: 1.1913,15.Nov.=Nr. 15 (1913001500)

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Crónica 
Ensayo sobre la realidad y la verdad en el Arte 
...El artista es, por consiguiente, 
hijo de las circunstancias. (1) Climas, 
carecieres, costumbres, todo cuanto 
da sello propio a una colectividad, 
tiene acción inmediata y directa so 
bre él. 
Es como la resultante de varias 
fuerzas que convergen : sintetiza una 
raza, una edad, una época; está en 
teramente sometido a la ley de cau 
sa y efecto. 
Obra y crea de acuerdo al ambien 
te en que vive (2); en cuanto a la 
realidad no puede apartarse de su 
siglo: hace y dice lo que le dicta 
aquélla. 
Hablan algunos del artista como 
de un clarovidente: esto es en rela 
ción a la verdad, pero escasa vez a 
la realidad. 
Para el artista no hay más realidad 
que la de su siglo; a ella se somete 
y la copia. Únicamente la verdad 
artística tiene carácter univérsal en 
él: dice verdades que trasponen los 
límites, a veces estrechos, del mun 
do en que actúa; he ahí por qué 
siendo .locales las copias que hace, 
tienen sus poemas o sus estatuas un 
contorno universalmente humano. 
Homero, el artista genialmente pre 
coz, se atiene a la realidad y un pun 
to no puede apartarse de ella; Ulises 
es griego, valiente, robusto y de 
hermosa presencia; lo mismo Aqui 
les, el simpático Héctor, Áyax de 
Telamón el bravo, y el causante de 
la guerra, Paris. Todos, absolutamen 
te todos, son personajes antiguos. En 
ellos no hay nada que delate al 
clarovidente. Las guerras, los com 
bates, la despiadada carnicería de 
las luchas al pie de los muros de 
ñ ñdrlano Irala 
Ilión, la venganza de Aquiles, Troya 
ardiendo, no son sino realidades, es 
decir, la época. Si Homero fuera un 
clarovidente en cuanto a la realidad, 
se cuidaría de hacer retratos al des 
nudo de costumbres tan bárbaras. 
Es que tiene que someterse, como 
artista, a la realidad y no apartarse 
de ella. 
En lo que respecta a la verdad en 
el arte, la cuestión cambia. La ver 
dad artística ya no se. circunscribe a 
ninguna época, a ningún siglo, a nin 
guna costumbre. - La universalidad 
de la belleza, de que nos habla Kant, 
es la que entonces rige. 
La verdad artística, en "tales con 
diciones, es humana y pertenece a 
todos los siglos. Desde luego la na 
turaleza de la verdad descarta todo 
concepto exclusivista, aún hermanán 
dola con la belleza. 
Por eso la moral homérica es, to 
davía, humana y universal. Pertenece 
a los tiempos heróicos, a los místicos, 
a los modernos y a los contemporá 
neos. 
La piedad que siente Homero por 
la muerte desastrosa de tal o cual 
adalid, es una piedad anacrónica, y 
la experimentamos nosotros a trein 
ta siglos de distancia 
¿Por qué? Porque Homero dice 
verdad, apartándose de la realidad, 
es decir, de la época. El artista anti 
guo bate sus alas y trasponiendo el 
círculo que le detiene, remonta el 
vuelo hacia el porvenir, y en una 
suprema transmigración, se hace uni 
versal y humano. 
Y lo que acontece con Homero 
acontece con el Dante, con Shakes- 
(1) El presente artículo es sólo un fragmento de comentarios que me sugirió la lectura de La 
Filosofía del Arte. El lector no busque en él otra pretensión que la del título. 
(2) —Taine: La Filosofia del Arte
	        
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