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Crónica
música ignota hirió los oídos de los
asta otes, que diéronse a inquirir de
donde procediera. Siendo inescrutable
el misterio a sus miradas profanas,
el terror los sobrecogió, y sin cuidar
se ya de la muerta, emprendieron
una carrera loca, acompañada de au
llidos terroríficos, abandonando los
restos en el sitio en que los hallaran.
En. ese momento los pájaros vol
vieron a la vida, las flores se colo
rearon de nuevo adquiriendo toda la
frescura del despertar matinal y el
cadáver de la princera ascendió por
el eter dejando tras sí una estela de
luz que hacía palidecer al sol.
Manuel F. SASSONE
una BiSTORia de aíhor
A Ml OUEBIDO AMIGO FORTUNATO TORANZOS BARIIUL - Aulllicióu
—¡Cuánto lujo y arte derrochado!
dijo Marcelo, en los salones de Rieolt,
a Su amigo Jacobo, escultor, de quien
todos esperaban al gran artista del
mañana.
—Mucho lujo y poco arte—contestó
Jacobo. El oro se manifiesta. El ta
lento escasea. A propósito. ¿Sabes a
qué se debe la fortuna de nuestro
anfitrión?
—Sencillamente al robo comercial.
Las vinculaciones sociales aportadas
por su encantadora esposa, ocultan
su perversidad, podiendo de este
modo gozar del aprecio hidalgo.
—¡Cuánto cinismo hay en la vida y
cuántos de estos magnates no serán
miserables vampiros disfrazados de
oro
El preludio de un vals interrumpió
el interesante diálogo. Las primeras
parejas, tímidamente se deslizaron
sobre la espaciosa y tersa alfombra,
la que pronto se vio invadida por un
enjambre de parejas. El deslizar
amortiguado, no impedía oir, entre
mezclado a los acordes musicales, las
risas francas, los suspiros y el cuchi
cheo amoroso, de cuando en cuando
sorprendido por turbadoras miradas
o por algún, grato choquecito que
contribuía con su inesperada coyun
tura a estrechar dos almas, en que
los impolutos y róseos labios clama
ban y clamaban amor. Todo al pa
recer es alegría. Regocijo. Las almas
pretenden borrar los recuerdos amar
gos y las hirientes nostalgias.. .del
silencio y del tedio futuro.
Se concluye el vals. Hay apreto
nes de manos, miradas de agradeci
miento e innumerables ilusiones sus
tentadas en las juveniles mentes,
donde el calor del alma y el palpitar
del corazón, imprime múltiples for
mas de un venturoso porvenir de
rosas., .desgraciadamente muchos pé
talos han de doblar, rozándose con
las espinas del cruel desengaño!
Risas. Expresiones de ternura. Fra
ses de amor. Pasos agitados. Relu
cientes joyas. Un joven solicita per
miso al pasar. Un mancebo anudan
do la cinta del calzado de una
coquetuela, sueña en el himeneo,
mientras ella con el abanico, disi
mulando la risa, se golpetea los
dientes, que menudos e iguales dan
realce de juventud lozana á su her
mosura. Agregad el ruido de la
cristalería, descorchamiento de bote
llas, charlas y carcajadas del salón
contiguo. La mucha, desenfrenada
luz que inunda el palacio. El vaivén
de los criados apestados de golosinas
que ofrecen doquier. Uno que otro
vejestorio. Muchos calaveras y solte
rones que murmurando de todo el