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PROTEO
inculpar en gran parte a ¡a escuela que lo lia inducido a caer
en tales faltas, que lia amenguado la gloria que hubiera adqui
rido, .si en lugar de militar bajo las banderas manchadas de
impudicia del naturalismo, hubiera pertenecido a la escuela-
realista, que se enseña el idealismo y copia la realidad. Ya don
Juan Valera ha dicho con profunda razón: «Todo se ennegre
ce, todo se tizna, todo se mancha visto al través del prisma dé
los naturalistas. El naturalismo es levadura y fermento que
corrompe la pasta o masa más sana, y avinagra el licor más
generoso».
Se encuentra, también, en la obra de Via-ua, alguna con
tradicción entre el respeto que muestra, a veces, por el espíri
tu religioso del gaucho, y algunas páginas de un liberalismo
exagerado, que llega a expresarse en; términos rudos al tratar
entidades o ideas filosóficas, que merecen respeto, pues mu
chos miles de personas las sostienen sinceramente y uno do
los principios básicos del liberalismo, es la tolerancia para con
todas las convicciones y creencias ajenas.
Y una religión en que se practica una moral sana y se
enseña a amar al prójimo, no puede ser objeto de mofa, sean
■ cuales fueren las ideas del escritor que se propone combatirla.
Es lógico que se analicen, sus principios, pero no se puede me
nospreciar públicamente lo que una gran parte de ¡a humani
dad tiene por sagrado.
Lo inmoral, lo bajo, lo que degrada, siempre es malo,
aunque sea expresado en un lenguaje bello y elegante, y por
mas armonía, más encanto y más poesía que se ponga en la
expresión, lo inmoral atenta contra el arte y lo rebaja, qui
tándole la .enrocó Y estética que hubiera podido producir.
Por otra parte, Viana, como escritor regional, es casi úni
co en su género.
So frase se caracteriza por la sencillez y claridad, descri
biendo con soltura y pintando con exactitud, aunlque, como
liemos dicho antes, incurriendo siempre en el error natura
lista.