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PROTEO
puras de su historia hasta los recuerdos más santos de sus
padres. -Justo es confesar que su verbo inflamado no ha con
movido mayormente el alma de esa juventud, cuyas princi
pales aspiraciones se cimentan en una materialidad desespe
rante, que ama más la tierra que el cielo, que se sumerge en
el lodo y no se anima a mirar hacia las cumbres sublimes de
la idea y del arte; esos jóvenes que se han olvidado tie
nen un espíritu, que son algo más que carne y que animales
sin inquietudes y sin sueños, que quieren semejarse lo más
posible a los husmedadores de estiércol en su saborear cons
tante de la degradación mundana, no teniendo suficiente va
lor para alejarse de esa podredumbre y elevarse en los vuelos
purificantes del cóndor sublime del espíritu. El cuento ha
servido a Viana para exponer sus ideas y cantar en él a la
patria de sus amores y al jiago de los recuerdos de una ju
ventud ya lejana.
Creo, y para probar esto se me permitirá una pequeña
divagación fuera del tema central, que haya dos maneras de
conmover el espíritu: se nos impresiona con la forma o con
el fondo. Es más fácil llegar a las fibras íntimas de nuestra
alma, ya sea para corregirnos, ya para enseñamos, sugestio
nándonos por medio del arte que floresea en un estilo cálido,
puro, suave, que. sea como un canto de hermosura y de belle
za, en que el sentimiento palpite entre sus líneas, se eleve, se
idealice y se haga sentir como un influjo magnético en las.
fibras sensitivas de nuestro corazón,
Se llegará más fácil a la mente del pueblo, se sujetará
más pronto y más firme su razón y su inteligencia, haciendo
vibrar por medio de la belleza, las cuerdas sensibles de sus.
sentimientos estéticos.
Las obras de idea pura no son para la generalidad de
los hombres; son únicamente para intelectuales y estudiosos
que, investigadores profundos, pueden llegar a descubrir la