Full text: 1.1897,26.Sept.=Nr. 13 (1897000113)

8 
V/DA MONTEVIDEANA 
chos amores, figurándose ya, ver á Elena 
convertida enlágrima, suelto el cabello, már 
tir, implorar gracia de sus tiberianos padres, 
que inflexibles, inconmovibles al llanto, á las 
súplicas y al trágico dolor déla hija, sométenla 
al cruento tormento de su inquisición pater 
nal y prolongan mayor tiempo y hacen más 
continuas las reclusiones... Después, fati 
gado Rafael con tantos paseos por la vereda 
y los plantones de esquina, se marcha á su 
casa royéndose los puños con rabia, llorando 
casi, y se tira en el lecho, desesperado como 
el suicida de amor que se tira al rio; y sue 
ña con su amada Elena, fabrica, en sus in 
tensos y largos insomnios, mágniiicos pla 
nes, dorados castillos de ventura y felicidad 
sin igual, proyecta estudiarconfédecreyente, 
con pasión de idólatra, con ardor y entusias 
mo indescribibles, para seguir una carrera: 
la de médico, abogado, ingeniero, ¡quién 
sabe! para,realizar así aquellos locos anhe 
los de su corazón, de su corazón tiernamen 
te enamorado, con la vehemencia, con el 
calor de sus quince años, su primera juven 
tud; realizar, en fin aquellos sueños de oro, 
su más grande aspiración en la vida, ¡casar 
se con Elena!.., 
Al presente son sus mutuas aspiraciones, 
sencillas é inocentonas, propias de su flore 
ciente juventud; verse todas las tardes, mirarse 
fijamente con tiernísimo arrobamiento, con 
celeste éxtasis, con sublime deliquio; son 
reírse con amorosa alegría, con dulcísimo 
placer, los dos á una vez; cambiar, cambios 
de signos inocentes y juguetones, hechos en 
el aire con presteza y reserva, para ser inad 
vertidos, sin pensar que todo el mundo vé 
aquellos sus infantiles idilios, prolongados 
muchas veces hasta el toque de oración, que 
tienen por medio, tardes espléndidas de pri 
mavera, ambiente saturado como de perfu 
mes de flores y espesado de encantos y pla 
ceres, y cielo de un azul purísimo en el que 
bórranse paulatinamente las huellas del día 
y brota la luz titilante de alguna que otra 
estrella!... Después de sus tiernos celoquíos, 
de sus rápidos y simultáneos jugueteos de 
ojos y de lábios y con los dedos, los preco 
ces amantes, nerviosos é impresionados 
fuertemente, sueñan despiertos y dormidos, 
con las, manifestaciones hechas en aquellas 
mudas pláticas, para ellos elocuentisimas, 
fíeles expresiones de besos, abrazos, anhelos 
de sus candorosos corazoncillos ?... Solo en 
la iglesia, en las misas y novenas, las infor 
tunadas criaturas, se compensan ¡dulcísima 
recompensa! de latiraniapaterna, mirándose 
continuamente, con el alma, con la vida, sig 
nificando en sus ojos toda la ternura, el su 
frimiento prematuro de sus jóvenescorazones 
con tantos días de ausencia abrumadora, hasta 
que concluye la novena ó misa y vuelven las 
angustias, y la delincuente de amor presa, 
retenida por la autoridad paterna en los mo 
mentos preciosos de verse, no sale al balcón 
un instante siquiera, para consuelo del afli 
gido galán imberbe, que se desespera, é 
imagina, lo que no. es dable imaginar, para 
libertarse de la bochornosa dominación de 
sus dobles fueros de adolescentes'ansiosos de 
la libertad de su amor! Pero hay que.capi 
tular y resignados ante la inexpugnable for 
taleza paterna esperan á que luzca mejores 
dias, viven entretanto con su dulce y recí 
proco recuerdo, las mutuas ilusiones y es 
peranzas de su edad, dichosa al fin, aunque, 
ensombrecido á ratos el sol de esa felicidad 
por las nubes negras de las contradicciones... 
Por fin un panorama aurorai, lleno de en 
cantos y harmonías, luces y alegrias, surge 
esplendoroso en los primaverales amores de 
los infantiles amantes!... Es la perspectiva 
de un baile, el sueño dorado de Rafael,, que 
enloquecido de contento, de impaciencia, 
salta, chilla, baila; charla de aquel baile 
hasta por los codos con sus compañeros, un 
baile de máscaras para mayor soltura y con 
fianza, el que le permitirá estar casi toda 
una noche al lado de Elena, hablar con ella, 
tocar su mano, oprimir su talle, aspirar su 
aliento, decirle palabras de amor ! ¡ Oh ! di 
cha felicidad, ventura grandísima! Y efecti 
vamente esa noche baila con Elena, se es 
trechan voluptuosamente sus manos, respi 
ran sus alientos, hablan los dos, hablan sin 
perder un segundo durante todo el tiempo 
que están juntos; y, al retirarse á su casa,i 
esa noche, y al día siguiente y subsiguientes,’ 
Rafael rabia, rabia como un lebrel, se tira 
del pelo, se muerde los puños, patalea, grita 
como un energúmeno, al pensar que no 
pierde de bailar una pieza con Elena, que 
pasan la noche entera de temporada fija, 
que rien juntos, critican á dúo, se burlan de 
todos, ambos á una; que ella le habla 
de su dominó rosa; él de su traje de pierrot y 
de su ridicula faz enharinada, que es la hila 
ridad continua de su linda compañerita de 
danza; bromean con las locuaces mascaritas 
y mascarones ; charlotean de los bailes del 
Club, del corso, de la batalla de flores, de 
las seipentinas, del calor que hace, del tiem 
po, de todo, de todo lo vulgar y nimio que 
puede ocurrírsele á dos zotes, sin venírsele á 
las mientes de Rafael decirle á Elena, una 
sola palabra, de su primer amor, ¡de sus 
amores de colegiales! 
Pedro C. MIRANDA. 
Montevideo, Setiembre 25 de 1897 
@-o 0-3^ @-o <=-32> @-0 @0 @0 oJJ 
A una niña muy joven 
Niña querida, de la tez morena, 
la de ios grandes ojos adorados, 
escucha mis suspiro® prolongados, 
escucha mis lamentos y mí pena. 
¿ Qué decir del amorque me inspiraste, 
de este cariño insólito y profundo 
que llenara los ámbitos del mundo 
con resonancias de viril contraste ? 
¿ Qué decir de esta loca simpatía 
que me arrastra hasta ti desesperado, 
teniéndome por siempre atormentado 
y hundiendo en el pesar al alma mía ? 
¿ Esperar que me quieras ? ¡ Qué ocurrencia ! 
¿No encontrará la niña delicada 
algún joven también de tez rosada 
que juntara á la suya su inocencia ? 
¿ Cómo esperar que el tímido capullo 
se junte á añoso tronco secular, 
y pueda sus fealdades adornar 
con su sencillo y cándido murfinillo ? 
No puede ser. La alondra temerosa 
con ardor mi seno, tomé otras gotas que 
ofreció á mis lábios y vi... que era veneno. 
De veneno estaba lleno su siniestro co 
razón. 
¿Qué se han hecho las tiernas caricias de 
esa madre que tanto adoramos? 
Ya lo puro, lo grande y lo bello hace 
tiempo que murió para mi. 
'' Del mundo las farsas sonrisas, de la vida 
los tristes destellos: esos sí que son para mi. 
¿ Qué se han hecho esas horas tan bellas, 
tan regaladas de amor y de delicias ? ‘ ’ 
La huella de tristes recuerdos; de lo falso, 
lo innoble, lo, infame; de una maga los 
males sin cuento; esos si que me restan ámi. 
S. A..GONZALEZ. ' 
Buenos Aires, Septiembre de 1897- 
Instantánea 
Des qué ¡g 
La vi 
No sé 
Por qué 
La ame 
Y andando el tiempo lento, 
Maldije aquel momento 
En que ¡ ay , 
De mi! 
No sé 
Por qué 
La amç 
Montevideo, Setiembre 25 de 1897. 
Edo Bacía. 
mames» 
Así como la gota de rocio 
Presta vida á la flor. 
Asi un beso del ángel de mis sueños 
Presta vida á -mi amor. 
„■ ... * * 
oí permitieras que en amante exceso 
Mis labios te besaran, 
Las penas que acibaran mi existencia 
En dichas se trocaran!;.. 
Cayetano R. MENDOZA. 
Montevideo, Setiembre'25 de 1S97. 
CHEZ MARTINEZ 
buscara su pareja entre los suyos 
y asi le embeberá coinsus arrullos 
trayéndole perfumes de las rosas. 
Los años ya me arrojan de tu, lado. 
Soy viejo para ti. Resignación, 
i Qué tarde de latir se lian acordado 
Uas locas fibras de mi corazón ! 
Vicente MAGALLANES. 
Montevideo, Setiembre 23 de 1897. 
fú uihPLui úhíufLQ utúi L-hDOYúiOLíuíuiáiAuQLáuQ ‘ 
RECUERDOS TRISTES 
( PROSA POÉTICA) 
rara mi hermano Manuel 
Eu una tarde espléndida y serena, la her 
mosa rubia de los azules ojos, se apoyó en 
el alféizar de su ventana. — ¿ Recuerdas 
nuestro amor? — me dijo con melancólica 
sonrisa. Yo por el cielo le juré que. si.Tv Y 
con alma enternecida y triste, me preguntó : 
¿ Por qué dudaste de mí ? 
Amor con flores ligaron nuestros brazos, 
los míos le ofrecí lleno de alegría, pero 
secáronse las flores; vi los lazos y vi qué 
eran cadenas. 
Con dulce copa, al parecersagrada, brindó 
á mi alma su ilusión primera. Bebí, quemóse 
Se nos pide la publicación de la siguiente 
crónica: 
En casa del caballero don José M. Mar 
tínez se celebró la semana pasada una fiesta 
intima con motivo del cumpleaños, de su 
simpáticahijaZoraida. Porlanoche, añadien 
do á tal acontecimiento que se celebraba, 
el de la paz que también se festejaba en todo 
Montevideo y de la cual es entusiasta parti 
dario el se ;or Martínez, alguno de los con 
currentes inició la idea dedar algunas «vuel 
tas)) y el atento dueño de casa, que nunca 
dice que nó, tratándose de complacer á los 
amigos, accedió gustoso al pedid.o, impro 
visándose una tertulia que resultó-animadí- 
sima terminando a la una de la mañana en 
medio del mayor entusiasmo, obligando á 
todos la exquisita amabilidad v obsequiosa 
solicitud con que el Sr. Martínez y su dis 
tinguida esposa hicieron los honores de la 
casa. Entre las muchas señoritas, que con 
currieron, recordamos á las de Beracochca, 
Piccardo, González, Freír», Gambarotta y 
.otras que lamentamos no recordar. , 
Agradecemos al señor Martínez y su dis 
tinguida familia las atenciones de que fui 
mos pbjeto y hacemos votos para que no 
transcurra mucho tiempo sin que los salones 
del señor Martínez vuelvan ti ser abiertos 
para rendir culto á Terpsicore, 
Un concurrente. 
Establecíniento gráfico á vapor. Convención 82.
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.