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VJDA MONTEVIDEANA
tenían también prohibido el mirarse en el
cristal de los ríos y de los lagos.
II
En un barrio, extramuros de la ciudad,
vivía una joven llamada Jacinta, que estaba
menos triste que las demás, porque tenia un
novio que la adoraba con delirio.
La persona que os encuentra hermosa y
no se cansa de decíroslo, puede hacer las
veces de. espejo.
—-De véras—preguntaba Jacinta — qué
mis ojos son admirables?
—No los hay más sorprendentes en el mundo
—¿Y de qué color es mi cútis?
—Más blanco que la nieve.
—-Y qué dices de mis lábios?
—Que parecen una cereza partida.
—¿ Y mis dientes ?
—Son tan finos y tan blancos como el
grano de arroz.
Así hablaban los enamorados, teniendo
Jacinta la dicha de oir elogiar lo que el ga
lán tenía la fortuna de ver.
Concertóse, al fin, la boda; perocuando la
noticia del enlacé llegó á oidos de la reina,
propúsose ésta destruir la felicidad de Ja
cinta, á laque detestaba, por ser la criatura
más hermosa de la comarca.
III
La víspera del matrimonio paseábase Ja
cinta por un prado, cuando de repente se
le presentó una anciana en demanda de li
mosna.
De pronto la vieja lanzó un grito deespan
to, y exclamó:
—¡Cielos! ¡ Qué horror!
—¡Qué os pasa, buena mujer? ¿Qué
habéis visto en mí?
—El ser más feo que hay en el mundo.
—i Soy fea ?...
—No hay palabras con que ponderar vues
tra fealdad.
—Pero mis ojos...
—Son horribles.
—¿ Y mi cútis ?
—Negro como el carbón.
—c Y mi boca?
—Verdaderamente repugnante.
—¿Y mis dientes?
—Largos, desiguales y amarillentos.
Acto continuo, la vieja, que debía ser una
hada milagrosa, amiga de la reina, se alejó
presurosa, lanzando una carcajada, mientras
Jacinta caía en tierra con los ojos inundados
de lágrimas.
IV
No era posible calmar la aflicción de Ja
cinta.
—¡ Soy fea !—exclamaba á cada instante
—¡soy rematadamente fea!
Era inútil que su prometido le asegurase
lo contrario.
—Déjame en paz—le decía—mientes por
que me tienes lástima; pero no me amas ni
me has amado nunca.
Para desengañarla, apeló al testimonio de
varias personas, las cuales declararon que
Jacinta era en .verdad un prodigio de her
mosura. Pero la doncella creyó que los tes
tigos habían sido comprados por su amante,
é insistió en dar únicamente crédito á las
palabras de la anciana..
No hay frases con que pintar la desespera
ción del mancebo, tan ardientemente ena
morado de Jacinta, la cual habia llegado á
renunciar á su proyectado matrimonio.
—¡ Soy demasiado fea para casarme!—re
petía la doncella á cada instante, sin que
hubiera medio de convencerla de que estaba
en un error lamentable.
La única manera de desmentirá la vieja,
habría sido poner un espejo ante los ojos,
de Jacinta. Pero ¿ dónde encontrarlo ?
—Pues bién. iré á la corte—dijo el novio
—y por bárbara que sea nuestra soberana,.
no dejarán de conmoverla mis lágrimas y la
belleza de mi amada.
Gran trabajo costó llevar á Jacinta á pa
lacio, donde no quería mostrar su horrible
fealdad. Sin embargo, acabó por consentir
accediendo á las súplicas de su amigo.
V
— ¿ Qué gente es esa ? ¿.Qué desea ?
—Majestad, soy el amante más infortuna
do de la tierra.
—¿Y á mí qué me importan vuestras pe
nas?
—Apiadaos de mi dolor y permitidme que
me procure un espejo. ..
La reina se levantó furiosa y le dijo: ,
—¿Quién se atreve á hablar de espejos en
mi presencia?
—¡Tranquilizaos, majestad! Esta joven
tan fresca y tan hermosa que me acompaña,
tiene la manía de que es horriblemente fea...
—Y está'en lo cierto—contestó la reina—
porque jamás he visto más espantoso rostro.
Jacinta creyó que iba á morir de tristeza.
La duda no era posible, puesto que á los
ojos de la reina, lo mismo que á los de la
mendiga, era un. ser á todas luces repug
nante.
El amante, al oir la terrible opinión de
la soberana, dijo en alta voz que la reina
se había vuelto loca, á menos que hubiese
mentido.
No pudo añadir ni una palabras más.
Los guardias se apoderaron de su per
sona, y la reina clió orden de que cortaran
inmediatamente la cabeza al prometido es
poso de Jacinta.
El verdugo levantó un ancho y relucien
te alfanje y á un mismo tiempo se oyeron
dos agudos gritos: uno de alegria,—porque
en el desnudo acero se había contemplado 1
Jacinta en todo el esplendor de su hermosu
ra, y otro de angustia, porque la infame
reina exhalaba el último suspiro á causa de |
la indignación que le había producido el ver I
reflejada su fealdad en el improvisado espejo. J
Catulle MENDÉS.
m
r
h-.
Escuela-Asilo de la ciudad de Paysandú—(De fotografía)
BOTAS
Hemos recibido un trabajo literario del señor
Daliniro Cordones y Martínez, otro de nuestro co
laborador Twala y varias poesias, los que no van
en este número por falta absolutáistte espacio, y
por haber llegado demasiado tarde#•■Pedimos dis
culpa á sus autores por esta demora*. > !
En vista de la entusiasta aceptación que ha te
nido en nuestra sociedad la nueva pieza \ polka
militar» que se ha bailado en los recién tes bailes
de la Legación de Chile, iMub Uruguay y en casa
de los señores Howard, elieputado maestro don
Gerardo. Grasso, autor del Pericón Nacional, se ha
decidido á escribir una, que piensa dedicar á esta
Revista, la que publicaremos con el primer núme
ro del mes entrante.
La reputación artística que tiene conquistada e¡
señor Grasso, es suficiente garantia para asegu
rar que la nueva Polka Militar será brillante,.'
En la segunda cuarteta del soneto Fülmen que
publicamos en nuestro número anterior, ha sido
omitido el segundo verso. La,cuarteta debe; ser la
siguiente :
Tu innoble corazón lleva consigo,
cual una sierpe, la intención menguada ;
por eso, tu amistad que ríe degrada
desde ahora y por siempre la maldigo.
El señor Aníbal Pulquet lia tenido la fineza de
obsequiarnos con una bonita guitarra, verdadera
obra da arte, ejecutada según un modelo hasta
ahora desconocido del que ¿I es inventor.
Esta guitarra, es recomendable por su elegancia,
su consistencia y duración y po, la igualdad en la
intensidad sonora de las seis cuerdas. El modelo
que ha inventado el señor Fulquet es de una cons
trucción en extremo delicada. La caja sonora sólo
admite ciertos adornos de madera finísima, orna
mentándose unicamente la circunferencia, el dia
pasón y el claviíero, pues losa-dornosen o ras par
tes del instrumento perjudicarían la propagación
de las vibraciones y la intensidad del sonido seria
deficiente y no resultaría dulce. El secreto de la
invención está en la colocación de las barras-armó
nicas interiores, El señor Fulquet piensa presen
tarse al Gobierno para obtener privilegio:, Por
nuestra parte agradecérnosle la atención y le feli
citamos por su adelanto.
Aviso de Administración
Teniendo conocimiento que el reparto del nú
mero anterior de nuestra revista ha sido ef-C.uado
con alguna irregularidad por 1 is personas encar
gadas, rogamos á aquellos de nuestros abonados
qre no hallan recibido ese número, lo reclamen á
la Administración; en la. seguridad de que serán
ni mediata mente atendidos.
Establecimiento, gráljro a.vapor. Convención'82.