Full text: 1.1897,14.Nov.=Nr. 20 (1897000120)

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VIDA MONTEVIDEANA 
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,,I)E JOSÉ iñgeGnjerós, 
Amigo Aratta : 
» artículo : '<< El Ideal por Bandera 
me parece el mejor de los su vos que he 
leido. ■ 
Para ser artista se necesita solamente cío si 
c osas : talento — eso lo dá la naturaleza;' 
saber—esto se adquiere con el estudio. . 
El talento solo no basta, como es inútil 
e ‘ estudio cuando se carece de talento. Vd. 
Posee ambas.cualidades. 
Ln apretón de manos de suyo v de todos 
, , fosé Ingégnieros. 
Puenos Aires, Octubre 1897. 
UEL DOCTOR CARLOS AI ALAGARRIG \ 
Señor- Francisco C. Aratta. 
Los versos del Canto de Hierro suenan 
ten: la idea filosófica que desenvuelven, se 
Ufíota, casi, en la espresíón poética de las 
tstintas faces con que Vd. lo encara. Pero, 
articulo « El Ideal por bandera », en que 
pensamiento corre con más libertad, , me 
na gustado mucho más también; hay en él 
a mayor parte de las preocupaciones que á, 
1 y á tantps otrqs- embargan por el mo- 
V^uto. \ asi como en la poesía me parece 
d - principalmente filósofo; en el articulo 
^‘Jfulta, sobre tocio, artista, con esa ame 
lad de la sensación y ese-exarcerbamiento 
•concepto ..que ms parece son la nota 
d^ 1 w er l®bu a -del artista :■ si es Vd. entusiasta 
‘-í'VIauricio Barres comprenderá lo que no 
Acierto á esplicar. 
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reame muy suyo, affmo. S. S. 
Carlos Mala garrí pa. 
'Pénos Aires, Octubre de 1897. 
V ;Wuvó el placer de leer en el periódico 
b,\ Moxteviükana un apreciable trabajo 
Su - V °: «El Ideal por " 
otabiej sea come 
t itia elevadísima. 
Y c jérto que el deseo del din.ro endurece 
m r° íia la inteligencia y sacrifica á aquella 
i¡„ . a pasión los más altos v nobles sen- 
cientos. . • 
1 .Yo lo incito á proseguir con la usual fir- 
^ f> eza ' que tanto á usted distingue, á proce- 
v ‘ ren pró de sanos y morales principios; 
; Cre ° firmemente que no está lejos el dia 
Sríl^ Ue Eleal tan deseado sea el único y el 
^ 0 estandarte que enarbolemos los horn 
os dotados de intelecto y de corazón. 
Acepte mi más alta estima y crea á quien 
manifiesta de usted affmo. S.S. 
Leopoldo Bersani. 
j. .DE VIRGILIO VARZEA 
J Señor D. Francisco C. Aratta 
Distinguido amigo y colega: 
j u -j c *L>i con mucho placer el ejemplar de la 
i y . la revista Vida Moxtevídeaxa donde 
¡ SL1 retrato y el bien pensado trabajo : 
ü qden/ p or Bandera, que he leido más de 
j ria vez impresionándome agradablemente 
H ‘s ideas 
i d ^ Se escr itc, además de revelar una verda- 
í de4 0r 8 :an ' zac ' dn artística, tallada y dotada 
i de os . m ^’ altos sentimiento; estéticos, 
nunciaen suautor una mentalidad armada 
j ara las luchas del Arle con las generalida- 
; ^ s c ‘ e todos los pasmosos descubrimientos 
* ry Cpdicjón desde los siglos primeros de la 
■ . ‘.'.“ización hasta esta g'randjosa actualidad. 
aií ,°das esas escintiladones' de su esoiritu 
° ra danme sobremanera;- encantándome, 
DÉl. SEÑOR LEOPOLDO BERSANI 
Lstimado amigo Aratta: 
Bandera», bastante 
como concepto, cuanto como. 
por sobre todo ello, la delicada espontanei 
dad con que su alma de artista se dirije á 
mi alma que desde ya lo aclama su amigo. 
Seria magnffieojsi todos los escritores de 
su bella Pátria, sellasen con los de la mía 
■»una confraternidad igual á la que con esta 
y la suya celebramos ahora. ¿ Por qué no 
han de traduchse y publicarse ahi las obras 
brasileras y aqui entre nosotros, las'- orien 
tales ? 
Si tal cosa aconteciera en breve, como lo 
espero, será un lazo más, altamente espiri 
tual y afectivo para ligar el Brasil con la 
tierra de tanto porvenir, la República del 
Uruguay. 
Acepte, ilustrado escritor, con mis leales 
felicitaciones por sus bellos trabajos litera 
rios, la amistad de quiensesuscribe afectuo 
samente, su amigo sincero 
Virgílio 1 arica. 
Rio-Janeiro, Noviembre 1897 
Redacción de « O Paiz». 
TRADUCCIÓN DEL FRANCÉS ESPECIALMENTE PARA «VlDA MoNTEVIDEANA* 
PROLOGO 
Vamos á tener el honoç de representar á 
ustedes el drama de lo eternamente irreali 
zable. 
En nuestra obra reconoceréis vuestros en 
sueños y las bajezas contra las cuales chocan, 
como una golondrina ante un muro. 
A todos se os ha ofrecido alguna vez la 
dicha que esperabais, sin adivinar que la 
teníais tan cerca que os hubiera bastado ten 
der la mano para apoderaros de ella. 
Muyó para siempre durante el tiempo per 
dido en que os atrevisteis á creer que estaba 
tan á vuestro alcance. 
Como la antigua usanza exige que el pró 
logo spa breve, el avisador se dispone á dar 
las tres señales de costumbre, »,ó á itttérva- 
los iguales, sino con arreglo ál ritmo desi 
gual de los latidos de un corazón que vá á 
morir. 
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Iglesia de San Femando de Maldonado — (De fotografía) 
ESCENA PRIMERA 
Es de noche ¡j e [ teatro representa el dormitorio de una juren. 
En el fondo una rentanu cerraba. 
TERESA 
«Tengo diecisiete años y quisiera amar y 
ser amada. Pero no me gustaría tener por 
esposo al grave personaje que mamá me 
presentó anoche y que, desde ahora, está 
autorizado para enviarme ramilletes de flo 
res. Dicen que es rico', y me es igual que lo 
sea ó nó. Lo que yo deseo es ser esposa de 
álguien que se asemeje á los jóvenes que 
figuran en las novelas' y en los poemaá; de 
álguien que sea muy amable, rri'uy hermoso 
y muy altivo, y que solo tenga tesoros en 
el corazón. » 
Teresa guarda silencio; oye ruido en el 
exterior y tiembla de miedo. Impulsada por 
un movimiento instintivo, se dirije á la ven 
tana, que vá á abrir, creyendo que podrá 
ver al desconocido en quiensuéña despierta, 
pero se detiene, se encoje de hombros, lan 
za un profundo suspiro y exclama: 
«¡Si me habrévuelto loca! Esos que pasan 
son, sin duda, los que regresan ebrios de 
la fiesta del pueblo inmediato.» 
Y Teresa vuelve el rostro hacia el lecho, 
se despoja de su traje, se acuesta, cierra los 
ojos, y es victima de una larga pesadilla. 
ESCENA SEGUNDA 
Una calle unte la casa de Teresa. 
VALENTIN 
«¡Qué el diablo me Reve sino maldigo esas 
estúpidas mujeres con quienes he alternado 
hasta hace pocos instantes! 
«Me he alejado de éllas con tédio en el al 
ma y repugnancia en los sentidos. 
«¡Cuán poco se les parece la mujer á quien 
anhelo amar y de la que desearía ser amado! 
«Quisiera tener por esposa una de esas 
doncellas que se parecen á las hermosas 
vírgenes que figuran en las novelas y en 
los poemas. 
«¡Seria tan bella y tan pura como los án 
geles del cielo! ¡Me esperaría sin haber te 
nido noticia de mi llegada y me acogería 
con la inocente sonrisa de los enamorados
	        
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