Full text: 1.1897,28.Nov.=Nr. 22 (1897000122)

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VIDA MONTEVIDEANA 
ERARBO DE AMOR 
Tú no sabes nmãj' T acaso intentas, 
Darme calor con t-u.mirada-triste, 
Hl amor nada vale sin tormentas. 
Sin tempestades el amor no existe. 
¿á con esa frialdad dices que me amas? 
No es el amor lo que hacia :ni te mueve, 
K1 amor es un sol hecho de llamas 
Y en los soles jamás cuaja la niex-e. 
Pero tú piensas que el amor es frío. 
ié ha de brillar en ojos siempre yertos-, • 
oii tu anémico amor, anda bien mió, 
ida al osario á enamorar los muertos. 
La Fuente de la Vida 
Ji:no FLORES. 
Boiiutá, 1607. 
Escapado del tráfico de la ciudad, has 
tiado de la eterna slrugglé for. Ufe darwinia- 
na. he venido á este rincón alégre de paisa 
je, que llamaron de las Delicias los que, 
antes que yo, gozaron sus espléndidos dias, 
las horas deliciosas cíe sus madrugadas, y 
las llenas de inefables venturas, cuando el 
sol transpone los elevados cerros de Verdum, 
entre celajes violáceos y colgaduras opali 
nas y de escarlata. 
1 Qué lejos miro el combate diario de la 
ciudad, sus lucha.s, sus miserias, sus pru- 
driderps de almas !... Oxijenado. henchidos 
todos los poros del cuerpo de efluvios cam 
pestres, vuelvo la vista intelectual atrás y 
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diluidas, las satisfacciones y la dicha de vivir 
contento, de hacer el bién, de cerrar bajo 
siete llaves al mal humorado Shopenahauser 
y de pedirle á la vida el placer inmenso de 
gozarla, sin dolores ni zozobras. 
Y cuando algún Maraglino ó algún Pas- 
teur, buscaba la fórmula de suprimir el do 
lor y la enfermedad, la tuberculosis ó el có-, 
lera; ansioso, palpitando por encontrar la 
solución al pavoroso problema, devoraba 
las páginas de sus textos y veía sus tanteos 
en el laberinto lisiológico y, cuando al final, 
después de tantas pruebas, no habían, los 
sábios, logrado derribar á la terrible eslin- 
ge, i qué inmenso desaliento! ¡Qué honda 
expresión de queja airada contra ía Provi 
dencia que nos dá el dolor completo y no 
nos proporciona la dicha sino á médias y 
hace que se arrastren los dias, pesados, co 
mo las cadenas de un condenado á la er- 
gástula !... 
Pero, de lejos, de Alemania, habia oído 
que salía la voz de un viejo venerable cla 
mando que la Naturaleza no nos habia dado 
el mal sin que al lado, paralelo, estuviera 
el bien y que seguir ambas trayectorias, 
hacia el perfeccionamiento de la especie 
era obra humana, fácil, hacedera ; y que 
con solo querer desterrar el jesuitismo de 
la ciencia bastaba para alcanzar la anhelada 
salud que hizo exclamar al filósofo: tnens 
sana in corpore sano. 
'i estudié á Sir Kneipp. Vi como acudían 
á sus hermosos jardines sanatorios, los'Uis- 
marck, los Roschildís, los médicos más 
notables de Europa; las eminencias del Ar 
le, del Poro y la Tribuna; y admiróme, 
quedóme suspenso, cuando supe que, con 
solo tocar aquellos cuerpos con el agua na 
tural, desaparecían las impurezas de la 
sangre, y los dolientes, con las abluciones 
de aquel Jordán regenerador de vidas, sa 
lían, con los brios juveniles; á luchar por la 
vida, vigorosos como gladiadores, ricos de 
juventud, radiantes de ulegiía. 
Luego, cuando la máquina nerviosa se 
hallaba necesitada de entonar sus émbolos 
motores, aquellos que mandan sus activi 
dades al corazón val cerebro, cansados de 
tanto sentir y de tanto alan de análisis, de 
observación y de estudio, vine á pedirle, á 
un apóstol de la salud, émulo de Sir Kneipp, 
el señor Luis Curbelo, su agua y su magne 
tismo. 'i halléme mi a, el pavoroso problema 
sanit trio de los pueblos es de más fácil solu 
ción de lo que nos pensamos, puesto que 
en cada rio que corre, en cada manantial 
abierto, en cada nube de lluvia, 1 hay más 
salud cierta que laque pueden blindar todas 
las boticas y todos los hospitales del mundo- 
¡Aún me a ierra el solo volver la fnente 
hacia la pérdida que hemos experimentado 
los amateurs del Arte pictórilo, en la muerte 
del pintor paisa jista Héctor Escardó, arre 
batado i la gloria y al cariño de sus amigos 
por el terrible tifus... Pues he visto con mis 
prof, ios oj.s, he palpado con los dedos de 
la realidad, como se cura el tifus en ocho días 
con solo el agua! .. Oh! pongo para éspresar 
ésto, 'oda la sinceridad que siempre ha ca 
racterizado todos ruis actos; el milagro se 
opera tan fácil que uno se queda suspenso, 
meditando qué cantidad enorme de vidas 
preciosas podían arrancarse á la hoz enzai- 
grentadd que corta tantas flores de esperan 
zas hermosas para la familia y pára la pá 
tria.. . 
|l.ns Delicias Departaiv.ento «le Millas, 1 , .Noviemtire é.‘» «le ;81U . 
(Concluirá). 
Rali, di: Ai.cf.da. 
Establecimiento gralico á \a,>or. Convención 82
	        
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