’£~nP
8
VIDA MONTEVIDEANA
ERARBO DE AMOR
Tú no sabes nmãj' T acaso intentas,
Darme calor con t-u.mirada-triste,
Hl amor nada vale sin tormentas.
Sin tempestades el amor no existe.
¿á con esa frialdad dices que me amas?
No es el amor lo que hacia :ni te mueve,
K1 amor es un sol hecho de llamas
Y en los soles jamás cuaja la niex-e.
Pero tú piensas que el amor es frío.
ié ha de brillar en ojos siempre yertos-, •
oii tu anémico amor, anda bien mió,
ida al osario á enamorar los muertos.
La Fuente de la Vida
Ji:no FLORES.
Boiiutá, 1607.
Escapado del tráfico de la ciudad, has
tiado de la eterna slrugglé for. Ufe darwinia-
na. he venido á este rincón alégre de paisa
je, que llamaron de las Delicias los que,
antes que yo, gozaron sus espléndidos dias,
las horas deliciosas cíe sus madrugadas, y
las llenas de inefables venturas, cuando el
sol transpone los elevados cerros de Verdum,
entre celajes violáceos y colgaduras opali
nas y de escarlata.
1 Qué lejos miro el combate diario de la
ciudad, sus lucha.s, sus miserias, sus pru-
driderps de almas !... Oxijenado. henchidos
todos los poros del cuerpo de efluvios cam
pestres, vuelvo la vista intelectual atrás y
> : tV:
' • V : ' ; -
'
• • - •
•-
¡ü
V; /
CLASSIC
Va,
o, &
<o
diluidas, las satisfacciones y la dicha de vivir
contento, de hacer el bién, de cerrar bajo
siete llaves al mal humorado Shopenahauser
y de pedirle á la vida el placer inmenso de
gozarla, sin dolores ni zozobras.
Y cuando algún Maraglino ó algún Pas-
teur, buscaba la fórmula de suprimir el do
lor y la enfermedad, la tuberculosis ó el có-,
lera; ansioso, palpitando por encontrar la
solución al pavoroso problema, devoraba
las páginas de sus textos y veía sus tanteos
en el laberinto lisiológico y, cuando al final,
después de tantas pruebas, no habían, los
sábios, logrado derribar á la terrible eslin-
ge, i qué inmenso desaliento! ¡Qué honda
expresión de queja airada contra ía Provi
dencia que nos dá el dolor completo y no
nos proporciona la dicha sino á médias y
hace que se arrastren los dias, pesados, co
mo las cadenas de un condenado á la er-
gástula !...
Pero, de lejos, de Alemania, habia oído
que salía la voz de un viejo venerable cla
mando que la Naturaleza no nos habia dado
el mal sin que al lado, paralelo, estuviera
el bien y que seguir ambas trayectorias,
hacia el perfeccionamiento de la especie
era obra humana, fácil, hacedera ; y que
con solo querer desterrar el jesuitismo de
la ciencia bastaba para alcanzar la anhelada
salud que hizo exclamar al filósofo: tnens
sana in corpore sano.
'i estudié á Sir Kneipp. Vi como acudían
á sus hermosos jardines sanatorios, los'Uis-
marck, los Roschildís, los médicos más
notables de Europa; las eminencias del Ar
le, del Poro y la Tribuna; y admiróme,
quedóme suspenso, cuando supe que, con
solo tocar aquellos cuerpos con el agua na
tural, desaparecían las impurezas de la
sangre, y los dolientes, con las abluciones
de aquel Jordán regenerador de vidas, sa
lían, con los brios juveniles; á luchar por la
vida, vigorosos como gladiadores, ricos de
juventud, radiantes de ulegiía.
Luego, cuando la máquina nerviosa se
hallaba necesitada de entonar sus émbolos
motores, aquellos que mandan sus activi
dades al corazón val cerebro, cansados de
tanto sentir y de tanto alan de análisis, de
observación y de estudio, vine á pedirle, á
un apóstol de la salud, émulo de Sir Kneipp,
el señor Luis Curbelo, su agua y su magne
tismo. 'i halléme mi a, el pavoroso problema
sanit trio de los pueblos es de más fácil solu
ción de lo que nos pensamos, puesto que
en cada rio que corre, en cada manantial
abierto, en cada nube de lluvia, 1 hay más
salud cierta que laque pueden blindar todas
las boticas y todos los hospitales del mundo-
¡Aún me a ierra el solo volver la fnente
hacia la pérdida que hemos experimentado
los amateurs del Arte pictórilo, en la muerte
del pintor paisa jista Héctor Escardó, arre
batado i la gloria y al cariño de sus amigos
por el terrible tifus... Pues he visto con mis
prof, ios oj.s, he palpado con los dedos de
la realidad, como se cura el tifus en ocho días
con solo el agua! .. Oh! pongo para éspresar
ésto, 'oda la sinceridad que siempre ha ca
racterizado todos ruis actos; el milagro se
opera tan fácil que uno se queda suspenso,
meditando qué cantidad enorme de vidas
preciosas podían arrancarse á la hoz enzai-
grentadd que corta tantas flores de esperan
zas hermosas para la familia y pára la pá
tria.. .
|l.ns Delicias Departaiv.ento «le Millas, 1 , .Noviemtire é.‘» «le ;81U .
(Concluirá).
Rali, di: Ai.cf.da.
Establecimiento gralico á \a,>or. Convención 82