Full text: 2.1898,20.Mär.=Nr. 36 (1898000236)

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LA VIDA MONTEVIDEANA 
* 
<a* 
EL POETA 
Sólo rae quedas tú! De tu pupila 
lafulgidez tranquila 
para calmar mis inquietudes basta! 
Sólo me quedas tú! No hables de duelo, 
mensajera del cielo, 
mi esposa fiel, mi prometida casta! 
LA MUSA. 
¡Abrase ya tu corazón! ¡La pena 
que ruge comprimida 
con su hálito letal nos envenena, 
como envenena el agua corrompida! 
¡Abreme ya tu corazón! ¡Sé bueno! 
Déjame que comparta tu amargura 
y reclina tu faz sobro mi seno, 
que late de clemencia y de ternura. 
Yo soy aquella que te amó de niño 
y que cubrió los sueños de tu cuna 
con sus alas de armiño, 
mas trémulas que el rayo de la luna! 
Yo soy aquella que por tí suspira, 
que nunca te abandona 
y que ha soñado coronar tu lira 
con el verde laurel de una corona! 
¡Yo cambio en ritmo toda la fiereza 
que te inspiran lo noble y lo grosero, 
yo te he enseñado á amar á la belleza, 
yo te he enseñado á ser buen caballero! 
Cuando todo á tu paso se derrumba, 
cubro el derrumbe de fulgor y galas: 
y sobre el negro mármol do tu tumba 
yo extenderé, para morir, las alas! 
Se contunden tu senda y mi camino; 
yo represento tu ideal más piuo; 
y envuelto en mi ropaje diamantino, 
te haré franquear las puertas del fufar,! 
No tengo más histoiia que tu historia, 
ni más bien que tu amor. Soy toda tuya! 
Y encenderé las luces de tu gloria 
cuando tu senda terrenal concluya! 
EL POETA 
¡Sol de mi juventud! ¡Posa encarnada 
nacida en mi jardín! ¡Ave que trinas 
canora en mi balcón! ¡Fuente sellada! 
¡Nube de claridades matutinas! 
Humedece mis párpados el lloro 
cuando me pintas de tu amor al fuego! 
LA MUSA 
¡Nunca sabrás, mi bien, lo que te adoro! 
EL POETA 
¡Yo á las delicias de ese amor me entrego! 
Déjame que recline mi cabeza 
sobre el blanco atavío de tu falda, 
y que me embriague ¡oh musa! en tu belleza, 
contemplando tus ojos de esmeralda. 
j Así, mi bien, asi! Dame tu mano, 
que la sienta temblar entre las mías. 
Céfiro de las huertas del verano, 
serenata de dulces melodías, 
aroma flotador de limonero, 
y virgen de mis últimos amores. 
Para probarte bien lo que te quiero 
voy á contarte todos mis dolores! 
Olvidado de tí, que eres la calma, 
mi celestial y dulce prometida, 
<11 á otra mujer la voluntad y el alma 
convirtiéndola en vida de mi vida! 
La flor de la pasión abrió su broche 
henchido de fragancia embriagadora, 
llenando mis ensueños cada noche 
de esa mujer la faz hechizadora! 
¡Infiriéndote á tí penas y agravios, 
á tí, que eres la luz y er?s el numen. 
Sólo buscaba el beso de sus labios, 
esos besos que enervan y consumen! 
Yo la tuve sentada en mis rodillas 
extático v feliz! Fué mi ventura 
comparar con las rosas sus mejillas 
y comparar al sol con su hermosura! 
LA MUSA 
Te conozco, mi bien! Cándido y ciego 
tú siempre amas así! Nada te arredra! 
EL POETA' 
¡Yo doy todo mi ser cuando me entrego! 
¡Yo tengo las ternuras ds la yedra! 
LA MUSA 
¡Comprendo tu pesar y tus enojos! 
¡Tras la ardiente pasión, vino el olvido! 
EL POETA 
¡Y llevo aún, en mis cansados ojos, 
la imagen celestial del bien querido! 
¡En el insomnio de las Doches fníás 
la veo aparecer, y me desgarra 
con su voz de arrullantes melodías, 
trémulas como un canto de guitarra! 
No me avergüenzo de llorar! El llanto 
prueba que el corazón no está marchito. 
¡Jesús cubrió sus ojos con el manto 
cuando supo de Judas el delito! 
Los viles nunca lloran. ¡La amargura 
es.una irradiación! ¡De cada espina 
que rasga nuestra sien, brota y luí gura 
una sublime claridad divina! 
LA MUSA 
¡Solloza, corazón! ¡Salterio, vibra! 
Pídele á cada fibra 
un ritmo que condense tu amargura! 
Los cantos del dolor son inmortales, 
¡son lágrimas, las perlas orientales, 
que coronan la sien de la hermosura! 
EL POETA 
¡El día empieza ya! ¡Salve, oh mañana 
vestida de zafir! Salve, oh turquesa, 
con que el sol sus cabellos engalana 
cuando las plantas de la noche besa! 
Con tu limpio esplendor, viene el qlvidc! 
¡Los fantasmas se ván! ¡Todo so azula! 
¡El éter, por los vientos recorrido, 
la niebla gris que en el barranco ondula! 
¡Todo recobra la perdida calma! 
¡Lentamente la luz sube á su trono! 
¡Azulemos también, oh musa, el alma, 
tendamos la piedad sobre el encono! 
Cíanos IIOXLO. 
Montevideo, Marzo 19 de 1898. 
bm la plaga 
I 
«Luis mía: 
Es la úllima. No me hagas cargos, por 
Dios! No sabes lo que sufro. El momento 
temido llegó; me casan; ya no hay nada 
que hacer. He luchado, te lo juro, he lu- 
charlo mucho. Todo en vano. Papá.ha sido 
inflexible, y adivinando que quería á ál- 
guien, sin querer oírme, sin querer saber 
quién es, sin permitirme que diga tu 
nombre, ha pronunciado la sentencia. 
«Es preciso!—me ha dicho,—por otra 
parte, te conozco y calculo que el que hoy 
te rebela contra mis deseos, ha de ser un 
cualquiera, muy enamorado, sí, pero sin 
nombre ni fortuna; y necesario es que 
sepas que la posición social elevada que te 
he dado, si bien te concede grandes prer 
rogativas, te impone, en cambio, grandes 
deberes. Renuncia, pues, á desobedecerme 
y tén la seguridad de que eso pasará y 
me agradecerás al fin este disgusto que 
hoy por tu bien te doy». Dicho esto con 
un tono que me hizo comprender que se 
ría inútil hablarle, suplicarle, conociendo 
que al decirle que tú, el que adoro, eres 
un simple fotógrafo, no me hubiera peí’- 
niitido sGg’uir, decirle c¡ue circunstflnciás 
extraordinarias y mi amor te han llevado 
á desempeñar ese oficio modesto, a pesar 
de loque tú eres y de lo que puedes y 
debes ser... Conociendo todo esto he ca ■ 
Hado, vencida, desesperada. ¿Que quenas 
que hiciese? Todo ha concluido, pues, peto 
no dudes de mí, te lo ruego, Luis. Te juro 
que sólo ante la voz de mi padre he po 
dido ceder, pero sin olvidarte ni serte 
infiel, te lo juro! No me acuses, por Dios; 
mi situación es horrible! Estaba todo ai- 
reglado, como en todos los matrimonios 
de conveniencia, y todo se hará pronto, en 
seguida, con pretexto del viaje imprescin 
dible de! que lia de ser mi marido... pa 
sado mañana! Ah, vieras cómo lloro al^ es 
cribirte esto... No puedo más. Un so.o y 
efímero consuelo me queda, un consuelo 
doloroso y que sin embargo ansio y deseo 
con toda mi alma. Mañana me llevan a 
retratar v con mi traje de novia ya. \ mi 
último retrató de soltera ¡Dios mío! has de 
sacarlo tú! Mamá, sin saber, sin conocer 
te, ha elegido la mejor fotografn, y esa 
es la en que tú estás! He aceptado para 
poder verte una vez más,. una siquiera, la 
ultima! No vengas, pues, á verme esta no 
che por la ventana; me vigilan y... no 
podría soportar tu presencia; sufro tanto. 
Espera á mañana, y no me acuse-, no 
maldigas tantos dulces recuerdos de feli 
ces momentos que ahora me hacen lloiai 
sin cesar, perdida para siempre laespe- 
ranza. Tan febz, tan dichosa he sido con 
tu amor! Te juro otra vez que te querré 
siempre, siempre igual, tú no olvides ala 
que tanto, tanto, te quiso. Luis mío, por 
última vez, adiós... L'ora un poco por 
mí, como ahora yo lloro, loca, con el al 
ma despedazada.—Ema » 
¡Qué! ¡Qué he leído, Dios mió! Se casa, 
v pronto, en seguida! ¿Y yo?... ¡Infame, 
mil veces infame! Miente, miente como 
una miserable! ¡Ah! conque se casa, me 
abandona! Y aún me jura amor, y quiere 
engañarme, hacerme creer que.. . No, no. 
No creo nada. ¡Cómo ¿no me mintió, y te 
nía va pronto el vestido de novia con que 
ha de vei ir á retratarse mañana? ¡Ahí. 
Verdad es que pueden haberle arreglado 
apresuradamente un vestido blanco de los 
tantos que tenia para baile.... Pero que! 
No. Todo es mentira, y la pierdo, la pier 
do! ¡Claro! Yo, un pobre fotógrafo... 
.-Qué importa que la adore; que importa 
que mi nacimiento sea igual si la desgra 
cia me ha traído aquí? Pero, Dios mío, ¿no 
pudo esperar? ¿Ella que me quena desde 
cuando yo frecuentaba salones, y sabia... 
,Ahl Naturalmente. El negocio está antes. 
El dinero... Ella es de la alta sociedad, 
del gran inundo, y se debe á él... s > J’° 
fuera aún. como lo luí, de ese gran mun 
do, estúpida creación de... Pero Dios, 
Dios! ¿Acaso hubiera sido mejor que jo, 
arruinado por las pérdidas de mi P adree “ 
el Club, en ese templo del gran to y 
del gran juego, me hubiera hecho * 
poso, ó ladrón; para sostener como t • 
el rangode elegante, en vez « o te 
mis aficiones para trabajar > U1 ^ bien, 
de fotógrafo, _ como un hotnb í. e men te? 
para reconquistar mi puesto dign< 
Sí, quizá asi no hubiera sido des
	        
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