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VIDA MONTEVIDEANA
artístico, gracioso y coquetón, sin causarle la
más ligera molestia en los juanetes que tenia
Pedro en extremo delicados.
Desde entonces no quiso el emperador otrr
zapatero que Anakoiroff; sus cortesanos si
guieron el ejemplo del amo y el maestro sf
enriqueció rápidamente.
Una noche que Pedro. I estaba hecho una
cuba, percance que le acontecía con más fre
cuencia que lo necesario para su gloria, le
pasó por las mientes el ennoblecer á su zapa
tero, errándole principe de golpe y porrazo; al
recobrar la serenidad no quiso, empero, re
tractarse de una resolución que le inspirara!
los vapores alcohólicos é hizo extender la;
correspondientes ejecutorias. Y como- un viejt
palaciego y diplomático se permite dirijirlc
algunas observaciones muy respetuosas sobre
el mal efecto que podría causar aquella i npe
rial munificencia, replicó secamente el Czar:
—En la tierra yo solo soy juez de mis actos:
¿por qué no be de hacer noble y príncipe á un
leal vasallo que me ha prestado y seguirá
prestándome tantos servicios, cuando tengo é
mi lado tantos príncipes que no me sirven
para nada? Vale más un buen zapatero que
un buen diplomático.
No se enorgulleció Sergio Anakeiroff con le
alta distinción que le había otorgado su au
gusto parroquiano. Entusiasta de su oficii
continuó ejerciéndolo y quiso que sus tres bi
jas lo aprendieran y siguieran hacienio bola;
y zapatos.
Uno de ellos, el segundo, que sobrevivió ó
Sus hermanos,casó con la hija única de un
opulentísimo comerciante armenio y como su
fortuna propia era ya considerable, dióse el
caso de que su descendiente directo y herede
ro el príncipe Nicolás Anakoiroff, maestro za
patero, fuese uno de los señores más ricos de
todo el imperio. Prestó sumas de importancia
á Cala’ina II, á quien calzaba, y obtuvo ’a con
cesión de unas mi'as que'.e redítu ron bene
ficios inmensos.
Fedor Anakoirotf, hijo de Nicolás y biznieto
deSergio, el primer principe déla raza, había
ap e idido también el oficio de sus mayores;
] e o pagado de su título y de sus riquezas,
echó á un lado la lezna, cerró el antiquísimo
almacén patrimonial y prefirió vivir como un
gran señor. Dejóse luego tentar por la política,
metióse en líos y en conspiraciones, conclu
yendo por lograr lo que menos deseaba; que
le deportaran á la Siberia y le confiscaran
todos sus bienes.
Indultado diez años después, pero sin que se
le restituyeran sus bienes, volvió á Moscou y
vivió de su oficio. Sus descendientes le imita
ron y actualmente un Anakoiroff sigue siendo
el más hábil y afamado zapatero de la Santa
Rusia. Es hombre rico, por herencia, pero no
hace uso de su título auténtico de príncipe.
Tulius.
YO SOY
Yo soy quien modula
al pié de tu reja
sentidas endechas
de férvido amor;
yo soy quien te canta
con voz suave y tierna
un triste poema
‘de pena y dolor.
Yo soy quien arranca
á su pobre lira
sacras melodías
de intensa pasión;
yo soy quien solloza
muy quedo y suspira
y amante delira
lleno de aflicción.
Yo soy quien entona
triste y pesaroso
un himno harmonioso
de su amada en loor;
yo soy quien rendido
á tus pies de hinojos
ahogado en sollozos
impetro tu amor.
GlzmÁn del Río.
Mercedes Orientales, Mayo 25 de 1898.
LA ÓPERA
La Compañía para Solis
El silencio que guarda la prensa respecto al
lenco de la nueva compañía que debutará
pronto en el teatro Solís, es verdaderamente
^comprensible.
Se dirá que conocemos á todos los artistas
que vienen; peífectnmente; pero sobre estos
mismos hay siempre algo que decir interesan
te para el público, y, solfie todo, para el de
Solís.
Tamagno, por ejemplo, siempre se distingue
en sus creaciones como la que ha hecho del
«Amy Robsarl» que cantó en francés, durante
su última estadía en Niza y MonteCarlo.
También entusiasmó, corno siempre, á su
auditorio, cantando la parte de don José en
«Carmen». Y no era para menos.
Nosotros no tendremos la misma satisfac
ción, porque ninguna dama de las que vienen
puede cantar «Cármen».
Lo acompañaban la Beliincioni, protagonis
ta; laSimonet, Micaela; y Kaschmann, Esca-
millo. ¡Cómo habrá sido desempeñada la obra
de Bizet con semejante reparto!
La prima donna Luisa de Ehrenstein, períe-
nece al teatro imperial eje Vlena. Y esta es
una garantia.
Antes de que se embarcara, la reina Mar-,
garita la invitó especialmente para que can
tase la misa de Verdi en la academia de Santa
Cecilia en Roma; y es esta una distinción en
favor déla Ehrerenstein, que nos promete no
solo una buena Valentina, sino también una
Eva exquisita en «Los Maestros Cantores».
Siendo su repertorio wagneriano podemos
preveer buenas noches de ópera.
La Guerrini vuelve del Real de Madrid cu
bierta de laureles. El OrfeodeGluck y el Sam-
son y Dalila de Saint Saéns han hecho furor
allí. Todos los críticos están unánimes en de
clarar á la ya célebre contralto, gloría del tea
tro italiano. Nosotros hemos dicho, cuando
cantó aquí la parte de Dalila, que era imposi
ble ser más perfecta, y sin embargo el públi
co no la aplaudió como lo merecía.
Dos veces se dió esta preciosa obra con los
mejores elementos que existen actualmente,
como lo son Tamagno y la Guerrini, y es muy
lamentable que hayamos dejado perderla oca
sión de cultivar nuestro oido en estas condi
ciones. Es de esperar que reaccionaremos en
la próxima temporada, dando la preferencia á
los chef d’ ceucres reconocidos, como los arri
ba mencionados.
Sanmarco, el fogoso Géra:d que hemos fes
tejado tanto, nos dará nocer una de sus
mejores creaciones, que es mleto. Su última
temporada la canló en Odessa consiguiendo
aplausos de cuantos lo escucharon.
La Berlendi el año pasado orden. Este año
será una revelación á juzgar por los elogios
que le prodigó la prensa de Nápoles ú proposi
to de la manera notable como cantó la parle
deAnr.eris. II Mattino, Corriere di Napoli, II
Paese, La Taoola Rotonda, en fin, todos los
periódicos, están de acuerdo en .alab ir los pro
gresos de la jóven artista. Espejamos poder
corroborar estas opiniones de un público como
el del San Carlos.
La Mendioroz, nueva para nosotros, nos lie
ga con un vasto repertorio. Como que acaba de
cantaren Alejandría (Egipto) las partes de EH-
sabela, del Tannauser; Elsa, de Lohengrín;
Magdalena, de Andrea Chénier; Margarita, de
de Mefislófeles; Mimí, deBobeme; Manon de
Puceini, Desdemoua de Olello. Debe poseer
esta cantatriz una voz de un registro completo
porquede Mimí n Elsa ó Elisabela hay una
diferencia sensible. Todo esto lo cantó en
compañía del tenor Borgatti, del cual se hacen
grandes elogios; sobre todo, el Lohengrín y
Manon de Puccini.
Llegamos á una de nuestras predilectas,
Luisa Tetrazzini.
Su biografía no la haremos; es bastante co
nocida entre nosotros, es casi una artista pía
tenos porque aquí se formó, y no hace mucho
que,cantaba la parte de Micaela en el San
Martin de Buenos Aires junto con artistas de
opereta, alcanzando muy pronto el primer
puesto que ocupa actualmente.
Al lado de Tamagno la oiremos en Guiller
mo Tell ¡que Matilde! y qué Sita en el Ré di
Lahore! sin contar el repertorio en que brilla
siempre -
Remo Ercolani, Di Grazia, A. Rossi, son
bien conocidos de los habitúes de la Opera y
no dudamos que estén siempre en condiciones
de satisfacerlos.
Con estos damos podemos asegurar un éxito
más que lisonjero, completo, para la empresa
y los artistas.
Sansépine.
Establecimiento Gráfico a vapor, Convención 82