Full text: 1.1915,1.Nov.=Nr. 9 (1915000109)

PÁGINA BLANCA 
251 
villaga y profesora señora Muller provocaron tam 
bién entusiastas ovasiones. Constituyó nota vi 
brante la de arpa a cargo de la bellísima e inte 
ligente niña María del Pilar Lichtemberger. Pose 
sionada esta con desenvoltura y gracia del ins- 
ti umento, interpretó sentida y artísticamente, reve 
lando condiciones que son verdaderas segurida 
des de éxitos futuros. El niño Martín J. López 
■ecitó con dicción y mímica de diplomado. Fue. 
en definitiva, una velada digna de la noble ins 
piración que la motivó. 
EnSáees 
En la segunda quincena del entrante Diciem 
bre se realizará la boda de la distinguida señora 
Emilia Castellanos de Seré y el caballero Hora 
cio Acosta y Lara. La ceremonia tendrá carác 
ter íntimo. 
Hcm 
Preouni'ona. — Son personas distintas Marga- 
1 lta d e Sierra de Sánchez, esposa del Ministro 
C e Guerra y Marina y Margarita de la Sierra, 
directora de PÁGINA BLANCA. Más de cuatro 
i de ocho han incurrido antes que usted en la 
™ ls ma confusión. Y no será usted la última, pro- 
‘iblemente. En cuanto a los términos elogiosos 
Ce su amable cartita, resultarían justicieros apli 
cados a aquella distinguida dama e inteligente e 
estrada colaboradora. Aplicados a la que escribe 
estas líneas, resultan en extremo lisonjeros. 
Coralina. — Según parece, es usted apasionada 
P°i la poesía decadente. No le alabamos el gusto, 
Pero lo respetamos. Parece también entusiasta 
P° r la libertad de pensamiento. No está malo eso, 
ni rnucho menos, a condición de que no se exagere 
o mutile el concepto. Y es lo que revelan algunas 
e sus figuras literarias. Franquean el límite y 
les Piran en el ambiente de la licencia. De ahí 
^ Ue no publiquemos sus «Amorosos». 
Eleonora.—No recordamos quien dijo que en 
a Esencia se cuenta al principio por minutos el 
t J° m Po de la separación; luego por días; más 
a, de por semanas; después por meses; final. 
nie nte... no se cuenta. Ciérrase la suma en el 
* eer o» del olvido. No quisiéramos llevar a su alma 
Una nota de amargura. Pero, nos parece previ- 
s °r recordarle lo expuesto. 
María Antonieta (Rocha). — Puede hacerlo por 
jYrta, dirigiéndola a la misma agencia «Aux Ga- 
er ¡es Lafayette», Avenida 18 de Julio 965. La 
Casa tiene catálogos que los dá gratuitamente. 
"Para fortificar la raíz del cabello, recomendá 
rosle el Mciwel. Dá excelentes resultados. Far- 
mac ia Beisso. 
EiBERrA Ríos. — Su artículo no es publicable. 
mena usted demasiado contra los hombres. No 
°d°s son malos Sucede con ellos lo que con los 
reion es. El caso es acertar en la elección. 
Carola de Nev*r. — Por punto general puede 
mberse lo que ha sido un anciano en su juven- 
ac h conociendo sus condiciones morales y físicas, 
m criterio con que juzgue actos buenos o malos, 
nos dirá las primeras. Sus dolencias o achaques 
n °s dirán las segundas. Es claro que esta regla, 
e °ro todas, admite excepciones. 
María Elena — (Meló).— No tenemos respuesta 
P ar á su consulta. O, mejor dicho: no la hay de 
resultados eficaces. Está usted profundamente 
enamorada. Quiere ello decir que juzga con el 
corazón todo cuanto se relaciona con él. El co 
razón no razona. Luego... 
Eolia. — Es posible que la familia a que se re 
fiere haya sido demasiado severa con usted. Pero, 
permítanos observarle que no está usted exenta 
de culpa. No siempre es acertado ni oportuno 
poner en posesión de la verdad al primero que 
esté en condiciones de oirla. La reserva no acusa 
en estos casos falta de conciencia moral. Solo 
acusa discreción. 
Celosa.— (Salto).— Inútil que busque fuera de 
usted remedio para su mal. Está probado que la 
celotipia es una dolencia del espíritu solo curable 
por la disciplina de nuestra voluntad. Sea usted 
.enérgica consigo misma. Resista y domine sus im 
pulsos pasionales. Levántese altiva contra sospe 
chas y cavilosidades. Refórmese, como diría Rodó. 
Es cuestión de policia interna, si se nos permite 
la frase. Del exterior no espere nada. O, muy 
poca cosa. 
Lina. — (Durazno). — Envíenos detalles acerca 
de la nobilísima actitud de la obrera a que se 
refiere y le dedicaremos las líneas que nos pide. 
En cuanto a la observación que nos formula, es 
equivocada. En general simpatizamos con las obre 
ras por el hecho de serlo. 
Dora. —(Mercedes).— Investigaciones muy auto 
rizadas, hechas últimamente, afirman que los cha 
rrúas se encontraban en el país desde pocos años 
antes del descubrimiento de nuestro gran río. Las 
mismas llevan a la conclusión de que vinieron de 
las regiones occidentales. 
El verdadero nombre de esos cerros es «Tu- 
pambaé». No «Tupambae», como se dice gene 
ralmente. Significa en guaraní o tupí «sitio de 
Dios» o «sitio sagrado». 
Camelia Gris. — Es aventurado afirmar lo que 
usted afirma. Así como han desaparecido las lla 
madas «lenguas muertas» y creado posterior 
mente las que existen ¿por qué no habrían de 
desaparecer estas y verse sustituidas por otras? 
No es improbable la llegada de un día en que 
todos hablen la misma, que puede ser alguna de 
las actuales o una nueva, distinta de todas y más 
rica y perfecta.
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.