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Morifeuideo, jimio í." de Í9Í¿
Núm. 2l
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Dirección y Administración: SORIANO, 1122
Teléfono: «LA URUGUAYA»: N.o 2429 (Central)
SUSCR1CIÓN MENSUAL EN LA CAPITAL: $ 0.30
_JL-
SUSGRIGIÓN EN CAMPANA
Y EXTERIOR
Mensual $ 0.40 A)
Trimestre ,• » 1-10 iu
Semestre » 2-00 y
Las coladas popularte
OHFÜ BÜEMfl INICIñTIVn
l|^ s tá a consideración del Cuerpo Legislativo un
proyecto de le} 7 prohibiendo las colectas po
Pulares, excepción hecha de la que anualmente
'caliza la Liga Uruguaya contra la I uberculosis,
due fué, dicho sea de paso, quien las inauguró
P° r iniciativa de la señora Cuma del Campo de
Muñoz.
Sin desconocer que también otras instituciones
‘ ls llevaban a cabo con propósitos igualmente
dudables y la misma corrección de forma, for-
z °so es convenir en que el pensamiento contem-
Pln los bien entendidos intereses de la caridad.
°dría decirse más. Podría decirse que a la vez
uvorece el concepto de la cultura nacional y
Pone término, dentro de su radio de acción, a
"busos y actitudes severamente condenables.
bina sola colecta anual, en día determinado, por
Asociación tan seria como la Liga Uruguaya con-
ra ln Tuberculosis, impónese gallarda a la sim-
Patía de todos. Aún los más egoístas se sienten
c °ntagiados por el espíritu de filantropía domi-
n tinte en la fecha. Ocurre algo muy parecido a
0 c lue ocurre en los grandes aniversarios patrios.
A fibra caritativa como la fibra cívica, despierta
fspansiva v robusta, intensa y generosa. no
hay
Quien deje de ofrecer gustoso su óbolo,
Tñen no considere un deber concurrir con mu-
c t° o con poco, pero concurrir en diflnitiva. De
a i que las primeras colectas de la institución
- gozasen éxitos realmente halagadores.
ei 'o, se vulgarizó) el procedimiento. Se llegó
'asta el abuso, empleándolo sin tasa ni medida,
'1 fiTilo de remediar o suavizar el rigor de cuanta
Aventura amarga la existencia de las clases
^heredadas de la suerte, y sucedió lo que 16-
1Ctl J r fatalmente tenía que suceder. La iniciativa
perdió el prestigio de la novedad, y con él, el noble
espíritu de filantropía que creaba en el ambiente.
Más todavía. En algunos casos se la hizo seivit
a fines extraños al pregonado, restándole así res
petos y adhesiones. De ahí que hoy nos encon
tremos en presencia de esta conclusión: las co
lectas realizadas en el curso de todo el año, in
cluyendo la excepcional de la Liga Uruguaya
contra la Tuberculosis, no producen el 80 °/o de
lo que producía esta sola en los piimeios tiem
pos. Los verdaderos intereses de la caridad han
salido, pues, perjudicados.
Aquí una aclaración necesaria. Cuando deci
mos que en algunos casos se puso la iniciativa
al servicio de fines extraños al ostensible, nos
referimos a aquellos en que los componentes de
comisiones directrices no se agitaban sino movi
dos por vanos deseos de figuración personal.
Desgraciadamente es cierto que abundan quienes
desarrollan actividades eléctricas en demanda de
recursos para los infortunios, desde posiciones con
derivados directos a la crónica y el «cliché-, pero
que no dan síntomas de vida si ui actuación esta
destinada a no repercutir en los dominios de la no
toriedad. En este sentido el proyecto es también
plausible, porque en lo que alcanza, hace obra
de higiene moral.
El concepto de la cultura pública saldrá asi
mismo ganancioso, como afirmamos al principio,
porque la verdad es que no habla mucho en fa
vor de un pueblo el hecho de que un día sí y
otro también se vea en las calles una legión de
señoras, señoritas y niñas, implorando limosnas
para inclemencias internas que en mayor o me
nor grado azotan a todos los de la tierra. Lo
que menos podrá decir el extranjero, ageno a