NOTAS EDITORIALES
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mente vinculados al desarrollo intelectual de los pueblos, suelen bailarse
en los países más civilizados en manos de elementos social e intelectual
mente dotados de amplia cultura.
Aquí en Cuba, y en las empresas de esa índole que giran en más vasta
esfera, los ramos de librería, papelería, imprenta y encuadernación se
hallan generalmente en manos de elementos cuya cultura no rebasa el nivel
medio de la cultura que alcanzan las personas aquí dedicadas al comercio
en pequeña eseala y aun muehás que actúan de modo descollante en los
altos círculos mercantiles.
No es aventurado afirmar que a este hecho se debe el escaso desarrollo
de nuestro comercio librero y, por lo menos en gran parte, el más escaso
aún de nuestras empresas editoriales, puesto que en realidad carecemos de
comerciantes e industriales que puedan reputarse como verdaderos bi
bliógrafos.
En ese campo, casi inexplotado hasta ahora, sientan sus reales y se
proponen actuar los fundadores y sostenedores de Cuba Contempoeánea.
Y el éxito que ha coronado sus esfuerzos en la publicación de una re
vista cuya reputación se extiende más allá de los mares que limitan nues
tro territorio nacional, es auspiciosa promesa del éxito que sinceramente
les deseamos en esta nueva etapa de sus plausibles actividades.
(La Prensa, Habana 2 agosto 19X8.)
INDUSTRIAS INTELECTUALES: LA “SOCIEDAD EDITORIAL
CUBA CONTEMPORANEA ’ ’.—Ha sido constituida, y quedado organizada
y definitivamente inaugurada, la ‘ 1 Sociedad Editorial Cuba Contemporá
nea”. Este suceso es sin duda el de mayor trascendencia literaria e intelec
tual de cuantos han ocurrido en estos últimos años. Un anhelo general y un
proyecto mil veces acariciado por todos los editores y escritores cubanos, es
ese que ahora ha sido puesto en planta. Veníamos soñando, haee ya mucho
tiempo, con un establecimiento editorial que sirviera a las necesidades ur
gentísimas de la producción nacional. Todos los sueños y todos los ensayos
anteriores fracasaron. Se tropezó con numerosos inconvenientes: uno,
la falta de recursos bastantes para intentar la empresa; otro, la sordidez
y la incapacidad de los editores que sólo pensaron en su beneficio y no
supieron conquistarse el mercado ; otro, tal vez el más grave, la falta de
todo estímulo, facilidad y retribución para los productores de belleza,
con lo cual se retrajeron de las pretensas casas editoriales los escritores
de renombre y afluyeron en cambio los que, lejos de enaltecer las letras
patrias, tenían que desacreditarlas.
Ahora se va a proceder de otro modo. Se han agrupado, para cons
tituir la “Sociedad Editorial Cuba Contemporánea”, hombres de recursos,
de reconocida solvencia económica, e intelectuales de prestigio, muy co
nocedores del ambiente cubano y muy capaces de realizar una exacta
faena selectiva. El Dr. Leopoldo F. de Sola es el presidente de la em
presa a que nos referimos; vicepresidente es Julio Villoldo; secretario
general es Ricardo Sarabasa; tesorero el ingeniero Mario Guiral Moreno.