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CUBA CONTEMPORANEA
RODÓ Y CUBA
El Ateneo de Santiago de Cuba y uno de los redactores de
Cuba Contemporânea, el Dr. Max Henríquez Ureña, han hon
rado dignamente la memoria del insigne escritor uruguayo José
Enrique Rodó el 9 de junio último. La docta institución orga
nizó y efectuó en el teatro Martí, de la capital santiaguense,
un brillantísimo acto en que nuestro compañero pronunció
la admirable conferencia que aparece al principio de este número
de Cuba Contemporánea, y de la cual, enriquecida con valio
sos apéndices, se hará en breve una edición en volumen.
Respecto del acto, dejamos a un cultísimo escritor, el es
timado compañero y amigo que ha hecho notable su seudó
nimo de Ducazcal, la descripción de ella. He aquí cómo la hizo
en El Cubano Libre del 10 de jimio, bajo el título La Gloria
de Rodó:
Cábele a la ciudad de Santiago de Cuba, por iniciativa de su Ateneo,
el honor de ser la primera población de esta República donde se le rinde
homenaje a la luminosa y amable memoria del egregio escritor hispano
americano José Enrique Rodó, el sugeridor de la “Magna Patria Conti
nental”, constituida por todas las Repúblicas de América, de origen latino;
nacido en Montevideo (Uruguay), el 15 de julio de 1872, y muerto, en el
apogeo de su inmenso talento y de su actividad benéfica, el 3 de mayo de
1917, bajo el cielo de Palermo (Sicilia, Italia), tan diáfano y azul como
el de su patria nativa.
Conforme a lo anunciado, en la mañana de ayer, domingo, 9, se efectuó,
de diez a doce y media, en el teatro Marti, donde se congregó una selecta
concurrencia de cerea de doscientas personas, el homenaje de admiración
que el citado Ateneo había acordado tributar a la inmortal personalidad
del artista y pensador que ha legado a la humanidad culta esos monu
mentos de verdad y belleza que se llaman Ariel, Motivos de Proteo y El
mirador de Próspero. En la mesa presidencial del acto aparecían sentados
el segundo vicepresidente del Ateneo, en funciones de presidente, señor
Joaquín Navarro Riera; el director, Sr. Ur. Ricardo Eguilior Vinent, y
los otros distinguidos miembros de la misma institución cultural, licencia
dos señores Eudaldo Tamayo Pavón y Erasmo Regüeiferos Boudet y los
doctores señores Max Henríquez Ureña y Francisco Mareer Vila.
Tocó a este último iniciar el acto, y lo hizo con la lectura sucesiva de
dos breves discursos en elogio del magnífico estilista uruguayo: uno, ori
ginal del mismo leetor, y otro, del joven e insigne escritor mejicano, ac
tualmente en Madrid, señor Alfonso Reyes, quien lo destinó al homenaje,