gotas de sangre
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Francia puede decirse que ha sido algo así como piedra echa
da a rodar hacia hondo abismo por la vertiente de áspera mon
taña. .. Desinteresados hasta la estupidez, atacados de cre
ciente prusianismo—¡hay que oir al novelesco Michelet exal
tando a los Hohenzollern, extasiándose, emocionado, ante “la
gran bandera de Alemania, tan noble (negro, rojo y oro), la
santa bandera de Lutero, Kant y Fichte, Schiller” y Beetho
ven, haciendo votos por la unidad de la poderosa Alemania!—;
predicando la justiciera doctrina de las nacionalidades, ataru
gados de quimeras, la vista sin cesar fuera de Francia, en vez
de no quitarla de .Francia, a Napoleón III, simpático y patéti
co, símbolo de nuestra puerilidad, le tocó llevarnos a Sedán,
cargando con la culpa de la tradición, interrumpida. ¡Y toda
vía sólo despertamos a medias ! No nos bastó nueva invasión,
rápida derrota, dos provincias perdidas, un millón de france
ses arrancados al suelo : a la victoria física alemana siguió la
espiritual. En vez de rectificar nos fuimos a la república,
aprendió la juventud intelectual el alemán, se indigestó de
filosofía y métodos alemanes, continuamos desorganizándonos,
deshilachando el alma francesa...
—Todavía vas a acabar por decirme que sin Luis Felipe
contribuyendo a la independencia de Bélgica, haciendo reco
nocer su neutralidad, cabría preguntarse qué hubiese sido de
nosotros en 1914...
El marqués le cortó la palabra.
—Maboul es demasiado bueno, le dijo. No se da cuenta de
que tú, so pretexto de discutir, estás aprendiendo con él algo
sobre lo que sabías tanto como yo ; y de que de tanto discursear
no va a sacar sino una atrofia de la lengua.
Bien, supongamos el golpe dado, el golpe dado, repitió
el diputado, fingiendo no prestar atención a la interrupción
del marqués.
Ante todo, dijo Laboulle, se pedirán cuentas y se hará
justicia expedita.
Eso es un detalle. Vamos a la futura armazón.
Hay que descentralizar, concederles la autonomía a los
grupos componentes de la sociedad, reconocer los hechos de or
ganización corporativa, dar a los cuerpos profesionales los me-