Full text: T. 19.1919,73 (19190019073)

AVANTI ITALIA 
45 
terpelaron con calor al nuevo ministro, pero éste tuvo tacto en 
contestar. 
! Escogió Su Santidad como embajador y mensajero a monseñor 
Macaire, Vicario de los Coptos de Alejandría, quien desempeñó 
maravillosamente su misión; pero no menos noble y levantada 
fué la actitud de aquel negro soberano que se elevó a una altura 
tan grande como el mismo rey de Italia. El recibimiento de la 
embajada fué regio; se la atendió admirablemente, y en la au 
diencia concedida, la conducta de Menelick, al pedirle a éste }a 
libertad de los prisioneros, fué exquisita; he aquí su contestación: 
“El Papa es Padre de todos nosotros, tiene el derecho de escri 
birnos y de expresarnos sus deseos; pronto nos volveremos a ver 
y continuaremos este asunto.” Aparentemente evasiva la respuesta, 
no lo era, porque en seguida hizo que la Embajada pasara a ver 
los prisioneros y el trato que se les daba; hizo más, ordenó que 
unos cuantos se pusieran a las órdenes del embajador, libertando 
incontinenti a cincuenta que le habían pedido unas damas italianas. 
A los pocos días llamó a monseñor Macaire, y, al protestarle nue 
vamente su adhesión al Papa, le hizo notar que aún el Gobierno 
italiano continuaba en actitud hostil hacia él y que no podía sa 
crificar la única garantía que tenía en sus manos para asegurar 
la paz. 
Como al buen entendedor no le duelen prendas, Rudini se 
apresuró a negociar la paz,, en la cual el único artículo que se em 
peñó Menelick en insertar fué la renuncia, por parte de Italia, 
del protectorado nominal que ejercía sobre Abisinia. Los millares 
de prisioneros fueron inmediatamente entregados y Europa recibió 
una lección. 
Rudini era un hombre completamente opuesto a Crispí, de 
maneras distinguidas, contemporizador, suave, inteligente; pero 
indeciso; quiso estar bien con todos los partidos, usando de una 
política de balancín, y se disgustó con todos. Por complacer a los 
socialistas, oprimidos antes por Crispi, disgustó a los conservado 
res de la Cámara y del Senado, que echaron a volar la especie de 
que se pretendía, con la ayuda de aquéllos, establecer la Repú 
blica; mientras los mismos socialistas lo calificaban de tirano por 
que, no les concedía lo suficiente. 
La situación se mantenía tirante, qcurriendo entonces la pér^
	        
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.