Full text: T. 19.1919,73 (19190019073)

50 
CUBA CONTEMPORANEA 
teniendo tropas francesas en Roma para resguardar al Papa, y 
éstas no cedieron hasta que en Sedán se rindió el más Pequeño 
de los Napoleones. 
Prusia, en cambio, se mostró más benévola; por la ayuda de 
Italia en Sadowa, hizo que la vencida Austria le devolviera el 
Véneto. El comercio alemán se había posesionado con anterio 
ridad del Norte italiano, y los capitales germánicos apoyaban las 
empresas de los Hijos de Garibaldi y hasta los empréstitos del 
Gobierno. En el Congreso de Berlín, Bismarck no logró sumarse 
a Rusia, por lo que tornó sus ojos a Italia; y ésta, aunque odiando 
a Austria, entró en el pacto por el hecho de ser éste sólo defensivo, 
ésa es la pura verdad. Además, la campaña de Trípoli contra Tur 
quía había dejado casi agotado el país en hombres y recursos; y, 
cualquiera que fuese la resolución, necesitaba tiempo, por más 
que las simpatías del pueblo italiano desde el principio de la ac 
tual guerra, así como las del Gabinete de Balandra,, fueron para 
los aliados. Digna y decididamente se conformó con notificar a 
Francia, en 31 de julio de 1914, que inmediatamente denunciaría 
la Triple Alianza, lo que llevó a cabo en los primeros días de 
agosto siguiente. 
Desde aquel momento su situación fué peligrosísima: tenía 
que escoger entre su neutralidad o sumarse a los Aliados. Aque 
llos momentos en que igualmente coqueteaban con ella galos y 
germanos, fueron de prueba; formáronse en seguida dos bandos 
en el país: neutralistas e intervencionistas. Entre estos últimos, 
o sean los partidarios de la guerra, estaba la Prensa casi toda, los 
maestros de escuela, los estudiantes, los literatos, es decir, los 
hombres de letras, algunos catedráticos universitarios (muy po 
cos) ; y, entre los partidos políticos, los reformistas socialistas y 
los radicales, es decir, la extrema izquierda. Formaban el ejército 
neutralista, es decir los germanófilos, los socialistas oficiales, los 
clericales, los campesinos y los obreros, y en la Cámara los con 
servadores y liberales. En esa misma Cámara, como en el Senado, 
la actitud oficial era aparentemente neutral. No es de extrañar 
que los socialistas ortodoxos fueran partidarios de Alemania, pues 
es sabido que el ejército de Liebnecht domina a los de todos los 
demás socialistas del universo. Los clericales son germanófilos no 
por simpatías hacia los protestantes alemanes, sino por pura fran-
	        
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.