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CUBA CONTEMPORANEA
mismo, no íe convenía dejar resquemores entre los elementos de
acción del mundo obrero local, se entendió con las autoridades
judiciales encargadas del proceso de los jefes huelguistas, y, co
honestando sus fines egoístas con falsos propósitos de “armonizar
intereses”, puso en libertad aquella misma noche a los obreros
presos.
Con este acto del Gobierno, el “respeto” que inspiraba la si
tuación hasta a los más inquietos, la clausura, de orden del juz
gado, del centro de los albañiles, las amenazas de represalias que
hacían rodar los jefes, y la actitud de la Rural, que no dejaba que
se formaran grupos en las calles, se vino al suelo el poder de los
huelguistas; y a las seis de la mañana del otro día los trabajos de
la empresa y la vida de la población volvieron a la normalidad.
Se les había dado una lección a Mr. Light y a los otros se
ñores de horca y cuchillo en el ferrocarril. A los pocos días el
primero recibió una carta de la Administración, en la cual, tam
bién por “conveniencias del servicio”, se le ponía en camino de
irse con sus malas mañas a otra parte.
—Pero, eso... ¿a costa de qué?—se preguntaba Jacinto, des
pués de lo sucedido, que a él le parecía un sueño—. Ni los que,
como yo, fuimos separados injustamente del servicio de la em
presa, y por no ser graves nuestras faltas pudimos volver, hemos
recuperado nuestros puestos, ni los recuperarán los que, más tarde,
entraron en la danza. Muchos, casi todos, tendremos que abandonar
la ciudad, separándonos de nuestras familias, después de los sustos
y lágrimas que les hemos causado en estos días; y en este ambiente,
en el que algo bueno y sólido preparábamos algunos, sólo queda
una mezcla de rencores, pesimismos y desconfianzas, de lo más
desfavorable para el futuro de la causa obrera en esta región.
Juan Rebelde amaneció, un día, “suicidado” en una guásima
de las afueras de la ciudad.
Carlos Loveira.
La Habana, 1918.
Cuba Contemporánea se complace en adelantar a sus lectores eata9 sugerentes y
vividas páginas de la interesante novela que el líder obrero y escritor cubano Car
los Loveira acaba de escribir. Es una obra fuerte, que denota en su autor muy nota
bles cualidades de novelista y observador de costumbres cubanas actuales. Flagela sin