La Habana, 1920.
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CUBA CONTEMPORÁNEA
Si el entendimiento macizo y el razonar contundente de Locke
no hubieran servido sino para triturar y lanzar del camino tanto
término enrevesado y tanta pedantería como habían acarreado los
lógicos y otros sutilizadores y disputadores ejusdem furfuris, me
recería siempre el sesudo inglés que se le tuviera por el gran
rodillo del campo filosófico.
*
La vieja sabiduría aconseja a los cuerdos que guarden alguna
vez su cordura en el bolsillo. Lo malo es que, cada vez que la
volvamos a sacar, se cae algo al suelo; y tanto va el cántaro al
agua...
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El consentimiento general. ¡Gran criterio! Descubre Juan
una telaraña bañada por el sol, y exclama: ¡Qué portento! Ved
una redecilla de oro, de diamante hilado. Cuarenta Juanes pro
rrumpen en coro: Redecilla de oro, de diamante hilado. Y la
redecilla sigue siendo una telaraña.
Enrique José Varona.