JOHAN BOJ ER
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realidad, la novela no toca en nada a la política, pero sí a la
forma de la vida política noruega. Los propietarios cultivadores
son la clase de Noruega que tiene más influencia en las elecciones,
y se dejan absorber de tal modo por la propaganda y las exigencias
de sus partidos, que olvidan muchas veces los intereses propios,
causando la desgracia de sus familias y hasta de los grupos por
cuya felicidad creen trabajar. Esta novela planteó el problema de
la oposición que existe entre el interés particular y el interés
general. La moraleja del autor fué ésta: "Empieza por hacer
bien tu propio trabajo, y después ocúpate de los demás”. Esta
solución individualista y egoísta fué del gusto del público.
El tema no había quedado agotado en Un cortejo popular,
cuya acción se desarrolla en un ambiente campesino, y Boj er
volvió a tratarlo, dándole más amplitud, hasta llevarlo a la capital
en su nuevo libro La eterna guerra. Esta novela apareció en
1899. Su autor hizo el retrato exacto de muchos personajes de
Cristianía que tres años antes no habría podido ver de cerca,
demostrando una asombrosa facilidad de observación y una gran
maestría para aprovechar los estudios hechos en un mundo com
pletamente nuevo para él. Pero este libro casi resultó fatal para
el porvenir del joven novelista. Todos los críticos de ideas li
berales le atacaron rudamente por razones políticas, y lo que es
peor: la mayor parte del público le volvió la espalda. Como había
hecho sus estudios y observaciones en los partidos de la izquierda
(los únicos que él podía conocer), le consideraron como un ene
migo de la democracia que se complacía en abultar sus defectos.
Bojer comprendió el error que había cometido involuntaria
mente por exceso de observación literaria y falta de tacto. Lleno
de confianza, siguió su camino. ¿Cómo podía faltarle la confianza
a un escritor de veintisiete años que había llegado ya a crearse
una situación en el mundo literario y siete años antes todavía
estaba adquiriendo una instrucción elemental en la escuela de
suboficiales de Trondhjem?
El novelista se casó. Su esposa, Ellen Lange, simple estu-
dianta al efectuar su matrimonio y luego licenciada en Ciencias,
es hija de un coronel y hermana de Cristián Lange, personaje
parlamentario.
La existencia del joven matrimonio fué extremadamente mo-